Inaugurar el final de una obra, no la puesta en marcha de una instalación o infraestructura, sino de una obra de rehabilitación o reforma, siempre es llamativo por lo menos. Pero si 16 días después de ese acto vuelven los trabajos a la misma zona queda un poco en evidencia el acto y las autoridades que la presidieron.
Y es que apenas dieciséis días después de la “inauguración de final de obra”, vuelven los trabajos al Paseo del Vendaval, con corte una zona junto a la muralla de ese tramo reabierto y actuaciones de nuevo en la muralla. Lo que se anunciaba como la solución definitiva a los problemas estructurales del paseo, una obra muy esperada que se alargó durante más de un año, apenas ha durado dos semanas antes de que los problemas reaparezcan.
Los trabajos entre una cuestión y otra duraron, en la práctica, cuatro años. Con el ahora que sí y ahora que no casi habitual cuando hay más de una administración. Técnicos del Ayuntamiento y de la Demarcación de Costas se corregían unos a otros sobre la necesidad de actuar. Finalmente, los trabajos, interrumpidos durante meses y reanudados con grandes titulares, vuelven a paralizarse debido a nuevos desperfectos, justo en el mismo tramo que ya se había abierto con ese acto entre la subdelegada del Gobierno, Blanca Flores, y el alcalde de Cádiz, Bruno García.
La pregunta es: ¿Por qué se recepcionó la obra si ya entonces había grietas visibles y se intuía que podía ir a peor?
Las declaraciones de las autoridades durante la inauguración de ese final de obra en el Paseo del Vendaval fueron casi más de autopromoción y complacencia que de lo que realmente, el tiempo, ha evidenciado La subdelegada del Gobierno, Blanca Flores, destacó el “compromiso” del Gobierno de España con la conservación de las murallas de Cádiz, mencionando la importancia de este patrimonio histórico que, según sus palabras, necesita un mantenimiento constante debido a la acción del mar. Por su parte, el alcalde Bruno García agradecía la intervención y celebraba la reapertura del paseo como un “paso importante para la ciudad”.
Queda inaugurado el final de esta obra, mientras las autoridades posaban sonrientes para las cámaras en lo que se suponía era, o debía ser, el final definitivo de la obra en el Paseo del Vendaval. Hoy, ha vuelto la maquinaria, las vallas y los trabajos.
La reparación costó más de 830.000 euros, incluyendo la reposición de farolas, la eliminación de grafitis y el resanado de muros, además de otras mejoras como la instalación de pavimento nuevo. Sin embargo, el mal estado de los rellenos y las grietas que inicialmente provocaban las deformaciones en la muralla parecen no haber desaparecido. Todo en 160 metros paseo. Ahora, se vuelven a ver grietas y desperfectos a simple vista.
De momento, el tramo sigue abierto, mientras la ciudadanía sigue caminando, corriendo o pasando en bici o patinete. Las grietas, están a la vista al otro lado del pretil de la muralla.
Y todo esto con la sombra de lo ocurrido recientemente en la Puerta de Tierra, que no ha hecho sino poner aún más en primer plano la necesidad de rehabilitar y proteger las murallas, uno de los principales patrimonios de la ciudad. Tras la aparición grieta en uno de sus arcos, las primeras evaluaciones apuntan a un problema en el hormigón armado que podría costar, según el Ayuntamiento, nada menos que 5 millones de euros en reparaciones.
