Este 30 de septiembre de 2024 se cumplen 88 años del fusilamiento de Manuel de la Pinta, último alcalde republicano de Cádiz, ejecutado en 1936 como parte de la represión franquista posterior al golpe de estado del 18 de julio y durante los primeros tiempos de la Guerra Civil y de la dictadura.
La historia del fusilamiento de De la Pinta, enmarcada dentro de una oleada de represión y depuraciones bajo la alcaldía de Ramón de Carranza, refleja una de las etapas más oscuras de la ciudad, que ahoras debate si su estadio de fútbol debe denominarse o no Estadio Carranza.
Manuel de la Pinta fue el último alcalde democrático de Cádiz, elegido durante el gobierno de la Segunda República. En una ciudad marcada por profundas tensiones sociales y políticas, su gestión estuvo comprometida con los valores republicanos y la defensa del orden democrático. Sin embargo, tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, Cádiz, al igual que gran parte del país, cayó rápidamente bajo el control de las fuerzas sublevadas.
En el momento del golpe de estado militar del 18 de julio de 1936, Manuel de la Pinta regresaba de Madrid, donde se preparaba para unas oposiciones a médico forense. Pese a todo, decidió regresar a Cádiz con la intención de retomar su cargo como alcalde. Durante el viaje se le pierde el rastro en El Carpio (Córdoba) y fue descubierto el 13 de septiembre en Córdoba. Es detenido y trasladado a Cádiz, donde fue encarcelado en el Castilllo de Santa Catalina el 26 de septiembre.
El 30 de septiembre de 1936, Manuel de la Pinta fue fusilado en los bajos de la Puerta de Tierra, en el conocido como Campo Hondo. Este lugar aún conserva los restos de los disparos de aquellas ejecuciones. Junto a De la Pinta, muchas otras víctimas de la represión franquista perdieron la vida en ese lugar en este proceso de depuración y purga.
Un dato significativo que conecta la historia de De la Pinta con la cultura popular gaditana es que él era pareja de la hermana del célebre Paco Alba. De hecho, parece que fue la madre de Paco Alba quien tuvo que recoger el cuerpo de Manuel de la Pinta tras su fusilamiento.
El papel de Carranza
Cuando las tropas sublevadas se hicieron con el control de Cádiz, el régimen de Carranza inició una campaña de purgas. El alcalde Ramón de Carranza, un firme defensor de la causa franquista, estuvo directamente implicado en esos procesos de depuración de decenas de personas leales a la República, ya que fue también Gobernador Civil hasta el 6 de agosto del 36. Bajo su mandato, Cádiz fue testigo de numerosos actos de violencia contra los defensores de la República, siendo el fusilamiento de Manuel de la Pinta uno de los más representativos de esa represión.
Ahora que el Ayuntamiento dice que está tramitando el cambio de nombre del estadio del Cádiz CF para que se llame Estadio Carranza, surge este recuerdo histórico en el que la presencia del alcalde Ramón de Carranza no parece que fuera solo testimonial, ya que se fusiló a su precedesor en el Ayuntamiento bajo su Alcaldía. Carranza no fue simplemente una figura administrativa en Cádiz; su legado quedó profundamente marcado por su contribución a la victoria franquista en la ciudad. Durante su alcaldía, las autoridades militares llevaron a cabo políticas de persecución contra cualquier vestigio republicano o de izquierda. Las ejecuciones y encarcelamientos formaban parte de una estrategia de terror que tenía como objetivo consolidar el control del territorio y erradicar toda oposición política. En Cádiz, donde no hubo apenas resistencia al golpe, también.
Manuel de la Pinta, como otros alcaldes y figuras políticas que defendieron el orden democrático lo acabó pagando con su vida. Las autoridades franquistas no buscaban justicia, sino ejemplaridad. Con su ejecución, no solo desaparecía un defensor de la República, sino que se enviaba un mensaje claro al resto de la población gaditana: la resistencia sería castigada.
Estadio Carranza
Con la llegada del franquismo, la figura de Ramón de Carranza no solo fue tratada como uno de los héroes de la sublevación en Cádiz, sino que su nombre quedó inmortalizado en el estadio municipal, una decisión tomada por su hijo, José León de Carranza, cuando fue alcalde de la ciudad durante la dictadura. Un nombre que no permiten las leyes de memoria histórica, que buscan la eliminación de nombres y símbolos asociados con el franquismo.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Cádiz y el Cádiz CF han iniciado un proceso para denominar a la instalación Estadio Carranza, después de que el anterior Consistorio la cambiara a Estadio Nuevo Mirandilla del Estadio Ramón de Carranza con el que se le nombró desde la década de los 50 del pasado siglo cuando se construyó. El equipo de Gobierno de Bruno García y el propio club cadista dicen que despersonalizando el estadio del nombre del primer alcalde franquista se cumple la normativa. Para muchos, es un intento de burlar la Ley de Memoria Democrática.
Símbolo de resistencia
El caso de Manuel de la Pinta se enmarca en proceso que marcó a Cádiz y a toda España durante los primeros años del franquismo. Aunque la figura de Ramón de Carranza ha sido objeto de homenajes durante décadas, cada vez hay más voces críticas. El recuerdo de figuras como Manuel de la Pinta, que dieron su vida por defender la democracia, cobra especial relevancia en este momento, en el que la memoria histórica sigue siendo un campo de batalla.
Para muchos, la preservación del nombre de Carranza en lugares de relevancia pública como el estadio es una forma de perpetuar el olvido hacia aquellos que, como De la Pinta, fueron víctimas de una represión implacable, como señalan desde la Plataforma Carranza Incumple, que ha recordado en sus redes que un 30 de septiembre se fusiló a un alcalde democráctico de Cádiz bajo la alcaldía de otro al que se le puso el nombre a un estadio que podría seguir ligado al mismo.
La memoria de Manuel de la Pinta, como la de otros muchos represaliados, ha estado tapada durante décadas. En la ciudad, incluso, tenía una pequeña calle y no fue hasta abril de 2022 cuando, el anterior Ayuntamiento, decidió darle su nombre a una avenida.
En el documental Más allá del olvido, el fusilamiento de Manuel de la Pinta es uno de los protagonistas, con testimonios de Cati Alba, hija de Paco Alba: