CÁDIZDIRECTO.- Alfonso X ‘el Sabio’ fue un rey que siempre demostró su especial predilección por la ciudad de Cádiz desde que estuvo en el trono castellano (1253-1284). La ciudad era un enclave vital para planes más ambiciosos que incluía la conquista de África.
Así, para desarrollar las ideas que tenía era preciso tener el control total de la Bahía, para ello debía despojar de cualquier derecho de poder legado por su padre, Fernando III, al infante Don Fadrique. Igualmente se debía expulsar a los musulmanes y colonizar aquellas tierras con castellanos y construir un gran puerto que sirviera al propósito de expansión.
El rey sabio decidió refundar Cádiz tras su reconquista de la ciudad, una ciudad que se encontraba en malas condiciones y con las señales de la guerra entre árabes y castellanos muy marcadas. En ese camino se encontró inesperados aliados como el gobernador musulmán de Jerez que cedió gran parte de la villa de Alcanatif al rey, con tal de mantenerse en el poder jerezano. Alfonso X lo atribuyó a la generosidad de la Virgen María llamando a aquel bello lugar, en 1260, como Puerto de Santa María, del que unos meses después partirían varias naves de expedición hacia las costa magrebíes.
En 1262 la Bahía se preparó para iniciar su repoblamiento con los primeros cien colonos a cuyo mando estaba Guillén de Berja que ocuparon el recinto árabe de Yazirat Cádiz. Allí debían recuperar la fortificación -arquitectónicamente- y construir la Iglesia en el emplazamiento de la vieja Mezquita así como lugares donde vivir. Poco a poco Cádiz quedaría fortificada con su Alcazaba en las proximidades del viejo Teatro Romano en lo que hoy es el Barrio del Pópulo.
Alfonso X quería una ciudad conforme a lo que él había soñado, teniendo un puerto importante, llave entre el Mediterráneo y al Atlántico, una ciudad próspera y floreciente más allá de guerras y derramamiento de sangre. Y paso vital en ello sería el traslado de la sede episcopal de Asido a la refundada Cádiz, era el año 1263 siendo Fray Juan Martínez el primer obispo gaditano.
El siguiente paso fue la expulsión de los musulmanes gaditanos merced a una rebelión originada por los propios cristiano en 1264, rebelión que quedó controlada y la Bahía libre de elementos no deseados por la Corona. Tras ello llegó un grupo formado por 300 colonos de zonas norteñas como Laredo, Castro Urdiales, Santander y San Vicente de la Barquera junto a catalanes, italianos, franceses y portugueses o lusos.
Pero llegó un revés para la ciudad: las viejas aspiraciones al Sacro Imperio por parte de Alfonso X (y ser emperador) frenó su proyecto gaditano que también debió enfrentarse a los meriníes africanos, aliados de Granada que deseaban el control de Cádiz. Sería el infante Don Fernando quien lucharía contra el avance meriní no pudiendo frenar las razzias en Cádiz.
Con la rebelión del infante contra su padre, el rey Alfonso X, Cádiz pierde mucho territorio, así el en 1281 el Puerto Santa María se independiza y comienza la dura Historia de un pueblo, el gaditano, acostumbrado a luchar por sí mismo.