CÁDIZDIRECTO/J.L.P.-J.T.- Las obras de la segunda fase de la banda de rodadura en la Alameda han sacado a la luz un pozo de marea del siglo XVII. Un elemento que, según responsables arqueológicos del proyecto, no afectará a los trabajos, que se mantendrán como estaban previstos pese a este hallazgo. Desde la Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio (ADIP) se pide que al menos este pozo «debe ser cuidado y salvaguardado » por si algún investigador quiere acceder a él en el futuro.
Los pozos de marea son un elemento muy habitual en la ciudad de Cádiz, donde se construyeron muchísimos en épocas antiguas. De hecho, hay un número ingente catalogado en la zona litoral del casco antiguo. Servían para desalar el agua del mar, algo que hacían mediante un ingenioso sistema, y usarla para casi todo menos para beber. Cuando subía la marea el agua del mar se filtra por estos pozos, al bajar la marea éstos se llenan y el líquido pierde su sal, aunque sigue sin ser potable. Ese agua que quedaba se usaba para casi todo en aquella época, desde la construcción hasta para limpieza.
El que ahora ha salido a la luz por estas obras ya aparece en los planos de la ciudad del siglo XVII. Los responsables arqueológicos de la obra insisten en que su aparición no va a perjudicar el desarrollo de la obra, ya que se tapará. Una opción que permite la ley de patrimonio, que da la posibilidad de soterrar este tipo de hallazgos.
Desde la ADIP, su presidente, Moisés Camacho, insiste en que pese a que se cubra «debe ser cuidado y salvaguardado como un resto arqueológico, no echándole cemento encima». «Yo dejaría abierta la posibilidad de dejar una arqueta por si algún día interesa su estudio; no digo que haya que ponerlo en valor pero si que quede todo muy bien registrado y con la posibilidad de dejar una arqueta por si en el futuro alguien se interesa en el estudio«, concluye el historiador.