Cierra la histórica pastelería de El Pópulo en Cádiz para hacer apartamentos turísticos

La proliferación de los apartamentos turísticos en la ciudad llega a negocios emblemáticos y parte de la identidad gaditana. Cádiz Resiste celebra este viernes una asamblea

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Este diciembre cerrará uno de los negocios más antiguos de Cádiz. Foto: Eulogio García.

En diciembre de 2024, Cádiz verá como cierra uno de sus negocios más antiguos y populares: la pastelería de El Pópulo, tras 176 años de historia. Uno de los pocos lugares de la ciudad donde se sigue produciendo el pastel al que da nombre la ciudad, el pan de Cádiz.

Este histórico establecimiento, situado frente al Arco del Pópulo, fue fundado en 1848, y tiene un lugar en la memoria colectiva y la identidas de la ciudad y es el tercer comercio más antiguo de Cádiz, solo precedido por dos farmacias.

El cierre, que se ha confirmado tras semanas de rumores, obedece a la venta del inmueble, y aunque todavía no se han dado detalles definitivos, todo apunta a que la finca será transformada en apartamentos turísticos, una tendencia que viene castigando diferentes zonas del centro histórico.

Manuel Rosas, gerente de la pastelería desde 2002, expresó, en Diario de Cádiz que adelantó este cierre, su incertidumbre ante lo que ocurrirá con el local: “No sabemos aún si será para apartamentos turísticos, pero la sensación es esa”. Aunque el negocio ha mantenido la tradición con productos icónicos como el Pan de Cádiz, su continuidad está en peligro por factores que trascienden lo meramente comercial. El edificio donde se encuentra la pastelería, que data del siglo XVIII, está catalogado con grado 0, lo que parece que podría permitir que se destine a este tipo de usos turísticos a pesar de ser un inmueble protegido.

Lo que hasta esta semana era un preocupante rumor se ha convertido en una realidad para la gente del Barrio del Pópulo y de todo Cádiz. La preocupación por la especulación inmobiliaria y el auge de los apartamentos turísticos ha sido un tema recurrente en las conversaciones entre residentes y comerciantes, que ven cómo el alma de Cádiz, representada en sus pequeños comercios, está desapareciendo.

La noticia del cierre ha movilizado a las plataformas ciudadanas, como Cádiz Resiste y la Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo, que se han ofrecido para apoyar a la familia de la pastelería en la búsqueda de soluciones que eviten su desaparición definitiva. Ambas organizaciones han mostrado su rechazo a la creciente tendencia de transformar espacios históricos en alojamientos turísticos, pues consideran que están afectando gravemente al tejido social de la ciudad.

Cádiz Resiste ha anunciado una asamblea para hoy a las 18:00 horas con el fin de tratar este asunto, invitando a vecinos y simpatizantes a sumarse a su lucha. Esta plataforma, muy activa en otras reivindicaciones similares, ha sido un altavoz para aquellos que creen que el turismo desmedido está despojando a Cádiz de su esencia. “No podemos permitir que el centro de Cádiz se convierta en un parque temático para turistas. Los gaditanos estamos perdiendo nuestro hogar”, afirmaba uno de sus miembros.

La Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo también ha expresado su preocupación ante esta nueva transformación del barrio, señalando que los apartamentos turísticos están desplazando a los residentes tradicionales y encareciendo la vida en la zona. “El Pópulo es uno de los barrios más antiguos de Europa, y ver cómo se vacía de gaditanos para convertirse en un lugar de paso para turistas es desolador”, lamenta el portavoz de la plataforma, Antonio Gallardo.

La pastelería de El Pópulo no es solo un negocio más que cierra; su desaparición es un símbolo de los cambios que están transformando Cádiz a un ritmo vertiginoso. La venta del inmueble, cuya confirmación ha caído como un jarro de agua fría, refleja una tendencia que afecta a toda la ciudad: el crecimiento desmesurado de los apartamentos turísticos, que están dejando a los gaditanos sin espacios propios. La ordenanza municipal que regula el uso turístico de los inmuebles no se aplica en este caso debido a la catalogación especial de la finca, lo que ha facilitado su transformación en un proyecto turístico.

Manuel Rosas, con una mezcla de tristeza y resignación, asegura que seguirá adelante con su legado hasta el último momento, pero sabe que no hay vuelta atrás: “El Pan de Cádiz seguirá vivo en el recuerdo, pero es triste ver cómo todo esto desaparece”. Así, mientras las puertas de la pastelería se cierran en diciembre, lo que queda es la nostalgia y la preocupación por el futuro de una ciudad que parece estar perdiendo sus raíces.