Todos los años, sobre todo últimamente, al finalizar la Semana Santa se reabre el mismo debate: el de la fecha fija para la celebración de la Semana Santa. Más aún cuando se vive un año tan atípico en lo climatológico como este, en el que ha llovido todos los días en Cádiz. Así, varios medios nacionales publican que el Papa Francisco se está planteando instaurar la fecha fija para esta conmemoración a partir del próximo año 2025: la tercera semana de abril. Pero, ¿Cómo afectaría esta fecha fija a la Semana Santa de Cádiz?
Existes muchas variables a analizar más allá de la cuestión meramente de la creencia, la fe y la tradición. Desde cómo repercutiría en lo turístico y económico a cómo podría afectar en lo meramente climático, algo a tener muy en cuenta después de la experiencia de este año. Por no abrir el melón de qué supondría en otras celebraciones, como el Carnaval. O las ferias, como la de Vejer, que se celebra dos semanas después de la Semana Santa.
Comencemos por la fecha habitual de la celebración de la Semana Santa. La fecha de la Semana Santa es un poco galimatías. En el Concilio de Nicea del año 325 se estableció que el Domingo de Resurrección fuera el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Pero esta fecha no coincide en las iglesias católica y ortodoxa.
Así, en la católica, este año el Domingo de Resurrección fue el 31 de marzo, mientras que la ortodoxa lo conmemorará el 5 de mayo. Pero resulta que, según la tradición cristiana, la pasión de Jesús de Nazaret fue durante la Pascua Judía y la Pascua Judía se celebrará este año 2024 desde la noche del lunes 22 abril 2024 al anochecer del martes 30 abril.
Estas diferencias se deben a que las iglesias ortodoxas utilizan el calendario juliano, mientras que las iglesias católicas utilizan el calendario gregoriano. Y la Pésaj, nombre de la pascua judía, se establece con el calendario hebreo, que es un calendario lunisolar, lo que significa que se basa tanto en el ciclo lunar como en el ciclo solar y tampoco coincide ni con el calendario gregoriano ni con el juliano.
Pero el Papa Francisco viene barruntando la idea de acabar con este baile de fechas, al menos en el lado cristiano. Así, aprovechando que en 2025 coincidirían las semanas santas católicas y ortodoxas (el Domingo de Resurrección será el 23 de abril) pretende establecer la tercera semana de abril como la fecha fija de conmemoración de la Semana Santa en la cristiandad (otra cuestión es la negociación que deba cristalizar con la iglesia ortodoxa).
De este modo, la Semana Santa se celebraría casi un mes más tarde que en este 2024, pero no mucho más tarde de las fechas más habituales, ya que ese primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera suele coincidir con uno de los dos primeros domingos de abril. Esa modificación lleva aparejada diferentes efectos y consecuencias.
Lo primero que se puede mirar es lo climático, más después de una Semana Santa tan lluvioso como la última. Según los datos de los valores climáticos habituales de la Agencia Estatal de la Meteorológica, el mes de abril en Cádiz es más lluvioso que el de marzo. Estos datos los establece la agencia de referencia en lo climático a raíz de las lluvias registradas entre 1981 y 2010 en Cádiz.
Así, recoge que las precipitaciones media durante los meses de abril son 10 litros por metro cuadrado más que los que reflejan esta misma estadística de los meses de marzo (45 litros por metro cuadrado frente a 35 litros por metro cuadrado) y que la media de días de lluvia en abril es casi uno más que en marzo (5,6 por 4,8).
Sin embargo, en la estadística de los valores extremos de la propia AEMET los registrados en marzo son mayores en cuanto a precipitaciones recogidas y días de lluvia que los de abril. Así, el mes de marzo con más lluvia fue en 1936 y dejó 253,2 litros por metro cuadrado. Mientras, el abril más lluvioso de los registrados dejó en 1971 un total de 132,8 por metro cuadrado. Y eso pese a lo de Aguas mil.
Los datos de este 2024 reflejan que ha llovido todos los días de la Semana Santa en la capital gaditana (y prácticamente en toda la provincia). Aunque la cantidad total de agua recogida entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección en la capital gaditana no ha sido especialmente importante (53,6 litros por metro cuadrado en total) la presencia de lluvia todos los días si afectó al desarrollo de la denominada Semana Mayor, suspendiendo numerosas procesiones. De hecho, ha sido la peor en 40 años en ese aspecto.
En cuanto a lo económico y lo turístico, el hecho de que sea una fecha fija facilita la llegada de visitantes no tan metidos en el sentido cofrade de la Semana Santa. El hecho de no tener calcular lo de la para buscar viaje y alojamiento facilitaría probablemente la llegada de visitantes y turistas. Aunque esté por ver que una mayor masificación sea realmente lo que buscan Cádiz y su Semana Santa.