Dani Obregón desde Indonesia: «Vimos la final del Falla en diferido, con tortillas y embutido»

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Aquella noche, una vez acabada la final del Falla, con ganadores y vencidos, y a casi 14.000 kilómetros de distancia, un grupo de gaditanos engalanó la casa con antifaces. Prepararon tortillas de patatas, llenaron la mesa de embutidos, y por unas horas -a través de una pantalla-,  llevaron en diferido las coplas del Carnaval de Cádiz hasta la isla de Batam, en el corazón de Indonesia.

Lo cuenta, con amabilidad y nostalgia, Daniel Obregón (Cádiz, 1978), que un año antes había pisado las tablas con ‘Los del piso de abajo’, comparsa de Jesús Bienvenido. Sin embargo, por esas «circunstancias en las que se encuentra España» hizo las maletas hace unos meses junto a su pareja, Lola Cazalilla, y volaron hasta el sureste asiático.

Él trabaja para TR (Técnicas Reunidas), una importante empresa internacional de ingeniería y construcción. Inmerso en la fabricación modular de una planta de Nitrato Amónico Técnico para Australia Occidental. Ella compagina sus estudios e investigaciones en Historia del Arte, el perfeccionamiento del inglés, y escribe artículos sobre arte para la revista digital Queaprendemoshoy.com.

Recuerda Dani Obregon que acababa de comprar unos billetes con destino a Holanda. «Quería probar suerte fuera de España». Justo entonces, surgió la oportunidad que disfrutan.

– ¿Cómo ha sido la adaptación?

-Pues la estancia está resultando muy cómoda y enriquecedora. Tanto a nivel personal como profesional. También, cuento con varios compañeros y amigos de Cádiz que trabajan aquí, además de otros muchos españoles, lo que hace más fácil la adaptación. Muchos de ellos llevaban casi un año en Batam cuando llegamos, así que nos han podido aconsejar mucho sobre la isla y su entorno.

Sin embargo, como el propio Dani reconoce, a la familia «siempre se le echa de menos». Mantiene el contacto con sus amigos gracias al Whatsapp. «Con mis padres hablo a diario. Con mi hermano y mis sobrinas, al menos una vez por semana».

– Y las tablas del Falla, el Carnaval, ¿lo echa Dani de menos?

-No. El teatro, no. Otra cosa es que los míos hubiesen concursado, entonces habría echado de menos estar con ellos. Es el principal motivo desde hace mucho tiempo para salir en Carnaval. Lo que sí me ha faltado son los domingos de Carnaval, el viernes en la Viña (mi noche favorita), y el Carnaval Chiquito. Pero estamos muy bien aquí, así que todo es más llevadero.

Entre bromas, Dani reconoce que también añora la barra del Balandro. «Desde que lo mencionó un compañero que se va en menos de dos semanas para Cádiz de vacaciones». Y aunque le gusta la gastronomía de Indonesia: «A uno se le caen dos lagrimones cuando piensa en algunos platos de allí».

Dani Obregón junto a su pareja, Lola Cazalilla, en Batam (Indonesia).
Dani Obregón junto a su pareja, Lola Cazalilla, en Batam (Indonesia).

Ha seguido el COAC vía Internet. Incluso, asistió al ensayo de ‘Los Trovadores’ antes de marcharse. La comparsa que más ha llamado su atención ha sido la de Germán Rendón, OBDC Monstruozzz. También, la agrupación de quien fue su autor en una etapa anterior, Tino Tovar. Cuando le preguntan por él se deshace en elogios.

– ¿Satisfacción por la victoria de ‘La canción de Cádiz’?

– Me alegré tanto por Tino Tovar como por algunos amigos que tengo en el grupo: Brull, Sito, Hugo, Julio, etc. Hay muy buena gente ahí. Me alegro mucho de su éxito. Y vista la trayectoria de la comparsa durante el concurso creo que fueron justos vencedores. Ha sido un año redondo para Tino, junto con el reconocimiento del Dios Momo. Se lo merece. Y, si sigue así, pronto le vendrá el mayor reconocimiento para la trayectoria de un autor, que es el de ser pregonero de la fiesta.

La atención de Dani Obregón también se ha centrado en la calle. Entre las ilegales, vestidos con un mono amarillo, se encontraba su grupo, su gente, el de Jesús Bienvenido. Bajo el nombre ‘Los Bruceslitos’. «Me ha encantado. Y lo mejor, me ha dado la sensación de que ellos se lo han pasado muy bien. Eso es lo fundamental».

Animó a sus compañeros hasta el último momento para que cantaran en el Falla. No pudo ser. Entiende los motivos.  «El concurso supone un sacrificio enorme de tiempo, y si no lo tienes claro, es mejor invertirlo en tu familia o en otras cosas. Luego nadie te va a devolver ese tiempo que le has robado a los tuyos si la experiencia no es positiva».

Daniel Obregón en la comparsa 'Los currelantes'.
Daniel Obregón en la comparsa ‘Los currelantes’.

 

Las playas paradisiacas, de arena y agua celeste, se suceden en las fotografías que envía el gaditano. Una estampa idílica, donde las palmaras se sumergen en el océano Índico. No se deja embaucar. «Pues yo prefiero la Caleta cuando no es verano. O Bolonia, Zahara, Conil…», cita convencido. Aunque: «Eso sí, nos queda mucho por conocer aquí. El Sudeste Asiático está lleno de lugares espectaculares. Sólo que hace faltan días libres para conocerlos, y aún no hemos tenido demasiados».

– ¿Y hasta cuándo tiene para conocerlo?

– En principio, mi contrato dura hasta julio aproximadamente, pero si las cosas van bien podríamos quedarnos uno o dos meses más. El proyecto acaba y no da lugar a más tiempo. Luego, habrá que valorar otros proyectos, y ya veremos cuál es nuestro próximo destino,  que muy probablemente será también fuera de España.

Aunque el desarraigo, la lejanía, no le impide seguir la actualidad del sur de Europa. A través de las redes sociales y los periódicos digitales se enteró del fallecimiento de Paco de Lucía: «Me impactó muchísimo, quedé muy triste». Se alegró en cambio de la Marcha de la Dignidad. «Todo un éxito». Aunque por cercanía, la noticia que más ha acaparado su atención: «La del avión de Malasia».

Y los días transcurren entre el sonido del Bahasa (idioma indonesio), el clima húmedo y caluroso («pero nada extremo») y un tráfico caótico: «Aquí puedes ver a familias enteras de dos, tres o cuatro hijos subidos en la misma moto. Por suerte, la empresa nos ha dispuesto de vehículos con chófer privado». Sin que falte Cádiz, o el Carnaval, tanto da. «Nada más llegar en una fiesta de cumpleaños improvisamos una chirigotita», recuerda Dani, que resume el cante en dos palabras: «Ya sabes. Cositas nuestras«.