María Muñoz Ladrón de Guevara deberá abandonar a sus 87 años el próximo mes de junio la casa en la que lleva viviendo desde 1967 y en la que ha criado a sus tres hijos. En ella se pondrá en marcha “un apartamento turístico”, como en la mayoría del número 9 de la calle Mesón, del Barrio del Pópulo de Cádiz.
Tal y como suena de duro y sin anestesia. Así lo afirma su familia. Desahucian a una anciana de 87 años para poner un “apartamento turístico”.
La mujer casi da por perdida su vivienda, le quedan pocas ganas por luchar contra lo que le hierve la sangre a medio Cádiz. Incluso el Ayuntamiento está tratando de ayudar en lo posible a la familia. Pero la propiedad así lo ha decidido y solo le da la opción de la compran: 147.000 euros por un bajo interior.
María atiende a Cádiz Directo sentada en el sofá de su pequeño salón junto a su hija, Eva. Detrás suya, las dos habitaciones que conforman la casa y frente a ella el cuarto de baño y la cocina. Todo muy humilde y con una sola ventana, al patio de la Posada del Mesón. “Llevo más de 55 años aquí, he criado aquí a mis tres hijos y si me tengo que ir no es que tenga que cambiar de casa, es que tengo que cambiar de vida”.
Esta anciana entró en la casa en el año 1967, pero hace siete, cuando su marido falleció, la propietaria le comentó que firmara un nuevo contrato para ponerlo todo a su nombre. “Error”, comenta su hija, “pero la dueña nos dijo que era un trámite, que no pasaba nada”. Cuando acabaron los seis años del contrato, “comenzaron los problemas, nos dice que esta casa es ya de sus herederos y que la quiere vender”, añade Eva Orihuela.
“¿Cómo la voy a comprar si no tengo dinero? Le he dicho que me suba el alquiler, que pague más el tiempo que esté aquí que pague más, pero dice que no”, sentencia María con la media voz de quién no termina de entender lo que pasa ni porqué. Su hija añade que “le propusimos también si se le podía dar una entrada y que pusiera un alquiler con opción a compra, pero no…”.
No es la primera vez que tienen sobre su cabezas una orden de desahucio. Ya en abril hubo otra, pero se paró porque “nuestra trabajadora social tramitó todo a mi madre le dieron la situación de vulnerabilidad, pero ahora lo hemos pedido y el juez no la ha dado”, lamenta Eva.
María tiene claro el futuro de la que ha sido su casa durante más de medio siglo: otro apartamento turístico en el Barrio del Pópulo, en Cádiz. “Está toda la finca ya”, comenta. Y se queja, igual que su hija. “No te puedes imaginar la de gente que entra y no conozco a nadie, todo son ingleses, americanos… las fiestas que hacen, el ruido, las basuras que las dejan por todos lados, llamando a la puerta para que abra, portazos por la noche…”, relata esta mujer a sus 87 años.
Agradecimiento a Pablo Otero y Antonio Gallardo
Eva agradece los apoyos y ayudas que están encontrando ante esta situación. Como el Ayuntamiento, donde “el concejal Pablo Otero se está volcando, pero, como él dice, no nos puede mentir y esta casa tiene un dueño y no pueden hacer más”. Y agradece “la empatía, ayuda y profesionalidad en Servicios Sociales, donde desde el que está de seguridad en la puerta ya está intentando ayudar”.
Eva y su madre se deshacen en elogios y agradecimientos para Antonio Gallardo, el histórico dirigente vecinal del barrio que trata de recuperar la asociación de vecinos Los Tres Arcos desde la Plataforma de Vecinos y Amigos del Pópulo. “Antonio es El Pópulo, nos abre puertas, nos orienta, habla con concejales, con alcalde… pero parece que no hay forma”.
Tres años buscando alquiler
En este tipo de casos no hay varitas mágicas. Desde el Ayuntamiento les ofrecen ayuda si encuentran otra vivienda de alquiler. Pero la situación no es fácil en Cádiz. Y menos para encontrar un piso con las características que requiere una mujer de 87 años: un bajo o un primero a lo sumo y sin barreras arquitectónicas. Después, los precios desorbitados que están alcanzando los alquileres en Cádiz y ,por último, el propio hecho de que la propiedad lo alquile por largas temporada y no lo destine a temporada escolar y llegada de turistas.
Tres años lleva la familia buscando otra vivienda para María en el entorno del Pópulo, porque “no la vamos a sacar de su entorno y su vida”. La anciana lamenta está situación y se pregunta “dónde me meto, si no puedo mover los brazos, me cuesta mover las piernas”. De momento, sigue la cuenta atrás para que tenga que abandonar su casa el 26 de junio a las 10 de la mañana.