La Policía Local de Cádiz intervino ayer martes 18 de diciembre en un incidente violento que tuvo lugar en un establecimiento de la Plaza San Juan de Dios, en pleno centro de la ciudad.
Los agentes detuvieron a un hombre de 47 años que, según los informes, amenazaba a los empleados del local con dos barras de hierro de aproximadamente 1,20 metros de largo. La intervención culminó con su arresto como presunto autor de un delito de atentado contra los agentes de la autoridad.
El incidente se desarrolló alrededor de las 15:30 horas, cuando los trabajadores del establecimiento pidieron ayuda a unos agentes que patrullaban a pie en las inmediaciones. Según informaron, un cliente estaba mostrando una actitud agresiva, amenazándolos con las barras metálicas que portaba. Ante la gravedad de la situación, los agentes se desplazaron inmediatamente al lugar para investigar y controlar la situación.
Un enfrentamiento violento
Al llegar, los agentes intentaron calmar al individuo y le solicitaron su identificación. Sin embargo, en lugar de colaborar, este respondió de manera violenta, lanzando golpes con las barras de hierro. Ante el peligro que suponía para su integridad y la de las personas en el establecimiento, los agentes procedieron a desarmarlo y arrebatarle ambas barras, un proceso que se tuvo que hacer a la fuerza debido a la resistencia ofrecida por el hombre.
Tras ser desarmado, el individuo no cesó en su actitud violenta. Se abalanzó sobre uno de los policías y lo sujetó con fuerza por la cintura, resistiéndose activamente a su detención. Finalmente, tras aplicar las medidas necesarias, los agentes lograron reducirlo y proceder a su arresto.
Procedimientos posteriores a la detención
Una vez detenido, el hombre fue informado de los motivos de su arresto, acusado de un presunto delito de desórdenes públicos y atentado contra la autoridad en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, los agentes le comunicaron los derechos que le asisten, tal como exige el protocolo en estos casos.
El detenido fue trasladado en primera instancia al Hospital Puerta del Mar para ser sometido a una revisión médica preceptiva, un procedimiento habitual para garantizar tanto su estado de salud como la seguridad de los agentes que lo custodiaban. Tras recibir el alta médica, fue llevado a las dependencias de la Policía Local, donde se elaboró el correspondiente atestado.
Posteriormente, el caso pasó a manos de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, donde el hombre quedó bajo custodia a la espera de ser presentado ante el Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia.
