Un domingo de sol en Cádiz invita a un paseíto por la Playa de la Caleta. En realidad, casi cualquier día soleado invita a pasear por La Caleta. Siempre es sinónimo de buen ambiente, risas y siempre va a quedar una anécdota para recordar.
Este domingo 8, el buen tiempo, muchas personas se acercaron no solo a la playa, sino también a los alrededores, disfrutando del Paseo Fernando Quiñones, el Castillo de San Sebastián y quedan imágenes más que curiosa. ¿Reconoces el castillo de arena que ilustra este artículo?.
Entre niños jugando y mayores disfrutando del sol, dos turistas franceses, procedentes de Nantes, se pusieron manos a la obra para construir un castillo de arena. Nada especialmente llamativo si no fuera por el modelo que cogieron.. Con paciencia, modelaron una especie de réplica de la Catedral de Cádiz, con sus características torres y su inconfundible cúpula dorada.
No es que estuviera perfecta, pero sí que era bastante reconocible. De mucho, la gente de Cádiz que paseaba por la orilla (que eran los menos, todo hayq ue decirlo) miraban de reojo la construcción.
Pero, como todo en la playa, la obra tenía los minutos contados. La marea no tardó en demoler la réplica. En apenas un cuarto de hora, el castillo cedió ante el agua, desmoronándose en cuestión de décimas de segundos. Pero, lo importante fue el momento.
Un homenaje espontáneo a la Catedral de Cádiz
La Catedral de Cádiz es una de las imágenes más icónicas y reconocibles de la ciudad. Su perfil, forman parte de ese skyline gaditano.
La Santa Cruz sobre el Mar, como también se la conoce, comenzó a construirse en 1722 y no se terminó hasta 1838. Su prolongada construcción dio origen a la famosa expresión gaditana “va a durar más que la obra de la Catedral“, usada hasta hoy para referirse a cualquier tarea que parece interminable.
La catedral es la última de planta barroca construida en la península ibérica, aunque con el paso de los años fue integrando elementos rococós y neoclásicos. Su cúpula dorada, que brilla con la luz del sol, es uno de los emblemas más reconocibles de la ciudad. Desde el mar, los navegantes han visto esta cúpula durante siglos, como un faro que marca la silueta de Cádiz.
Quienes visitan la Plaza de la Catedral pueden ver algo curioso: en el suelo está representada la planta del templo, con su distribución original. Es un detalle que muchas veces pasa desapercibido, pero que permite imaginar la grandeza de la construcción incluso antes de entrar en ella.
Quizá los turistas franceses, sin saberlo, rindieron un pequeño tributo a este símbolo gaditano, demostrando que la belleza de la ciudad deja huella incluso en aquellos que la visitan por unos días.