CÁDIZDIRECTO.- Eugenio Belgrano descubre el “pozo de la Jara”, una de las construcciones más importantes de la Cádiz trimilenaria.
En busca del pozo de la Jara, es el título del libro que Eugenio Belgrano presenta hoy, a las 20:00 horas, en el Salón Regio de la Diputación de Cádiz. El acto contará con la presencia del arqueologo Juan Ramón Ramírez Delgado, del arquitecto Julio Malo de Molina y el historiador Francisco Glicerio Conde Mora.
El investigador gaditano Eugenio Belgrano ha descubierto en el subsuelo de nuestra ciudad el “pozo de la Jara”, una de las construcciones hídricas más importantes de Cádiz, el cual ha estado sellado más de 300 años.
El Pozo de la Xara o Jara, es uno de los pozos más importantes y antiguos de la ciudad de Cádiz, y único punto de abastecimiento de agua potable de la ciudad hasta el año 1666.
Se sabe por primera vez de su existencia por los relatos de Estrabón. Se ha confirmado que de él se extraían entre 8.000 y 19.000 litros de agua al día y que proveía a una población de en torno a 2.000 personas. Cronistas de Cádiz como Orozco y Adolfo de Castro, también hablaron del agua de este pozo. Su localización se sitúa en el Campo de la Jara, hoy plaza de San Antonio, que transcurría desde las iglesias de San Francisco a Capuchinos con unas huertas que eran regadas por esta agua.
Belgrano en una entrevista para este portal de noticias de Cádiz Directo, nos cuenta que lleva investigando en las cavidades subterráneas desde el año 2009: «cada vez que bajas a al subsuelo es una aventura, la gente no es consciente de los cientos de kilómetros que hay bajo esta ciudad, y del gran atractivo turístico que supondría poner en valor estas cavidades».
Ha tenido dificultades técnicas, y una importante inversión económica en los equipos para la seguridad en sus investigaciones. A lo habitual de linternas, cascos protectores y gafas de protección nocturna, llevan medidores de gas para ir evaluando la falta de oxigeno, dos equipos de respiración y reguladores de aire.
Interesante paseo junto a este investigador donde pudimos encontrar, en las paredes que sustentan las bóvedas de cañón, inscripciones de arquitectos del siglo XVIII, en un recorrido donde explicaba cómo «éstos bajaron al subsuelo para inspirarse en el nuevo sistema de alcantarillado de la localidad del Puerto de Santa María».