El gran Emilio López, el recordado periodista gaditano decía que para él, el Río Saja “era una venta de carretera”, para ilustrar que era muy de Cadi-Cadi, como se suele decir. Lo que seguro era era un referente. Un bar con solera.
Un de esos lugares que trascienden el tiempo, locales que marcan una época y se quedan grabados en la memoria de quienes los vivieron. Por ello, tantos años después aún se habla del local como el del Río Saja, pese a que hubo un negocio posterior (el Saja River). Ahora, tendrá un nuevo heredero, Colibrí que ya tiene fecha de apertura.
La próxima semana, el local reabrirá bajo el nombre de El Colibrí, un proyecto que promete devolverle al barrio ese toque especial, pero con un aire renovado y una propuesta culinaria que mezcla lo mejor de la cocina gaditana y chilena. La expectativa es alta, y no es para menos.
Detrás de El Colibrí están el chef Álvaro Díaz y su esposa gaditana, quienes han regresado a la ciudad tras más de dos décadas, y se han asociado con el restaurador chileno Roberto Celedón. Álvaro no es un desconocido en Cádiz; hace unos 20 años ya vivió aquí, donde formó una familia y dejó una parte de su corazón. Sin embargo, la vida lo llevó de vuelta a Chile, donde continuó su carrera. Ahora, junto Celedón, se embarca en este nuevo proyecto que promete ser todo un acontecimiento gastronómico en la ciudad.
Inicialmente, El Colibrí abrirá para desayunos y almuerzos, con la idea de ir ampliando a cenas, coctelería y copas a medida que el negocio se consolide. Su propuesta es clara: una cocina que apuesta por la calidad del producto, pero sin que ello repercuta negativamente en el precio. Es un enfoque que recuerda a las viejas ventas de carretera, donde la calidad y la calidez se unían en un plato bien servido.
La carta de El Colibrí será una verdadera fusión de culturas. Se ofrecerán dos menús, con especial cuidado de las calidades, en las que fusionará clásicos gaditanos, como el pescado fresco y los guisos marineros, se podrán degustar carnes, pescados y aves (pato y pato) a la brasa al más puro estilo chileno. Aunque los detalles completos de la carta se mantienen en secreto para sorprender a los primeros comensales, se sabe que también habrá una cuidada selección de vinos, con referencias tanto de la provincia de Cádiz como de Chile, creando un puente enológico entre ambos mundos.
En estos días, el local está en plena ebullición, con los últimos retoques antes de la inauguración. Los vecinos de la zona, curiosos, observan cómo los obreros dan los últimos toques a la fachada y al interior, sabiendo que pronto podrán disfrutar de un nuevo rincón donde reunirse, compartir y, sobre todo, saborear la vida.
La apertura de El Colibrí llega en un momento ideal, justo para aprovechar el final del verano, cuando Cádiz aún se encuentra en plena ebullición y las ganas de disfrutar al aire libre están en su apogeo. Y aunque el camino hasta aquí no ha sido fácil, la ilusión por lo que está por venir se siente en el ambiente.
El Colibrí abrirá como algo más que un nuevo negocio, es el heredero de una tradición gaditana, que ahora apostará también por la fusión con sabores chilenos.
