Una de las personas más renocibles en el día a día de la vida de Cádiz, El mudo del Palillero, falleció la semana pasada en la ciudad, cono ha publicado en sus redes sociales hoy su sobrino. José Luis Vivas Fernández, que así se llamaba, estuvo 30 años vendiendo cupones en el centro de Cádiz, sobre todo por las zonas de El Palillero, Vargas Ponce y San Francisco.
Su forma de vender cupones (era invidente, sordo y mudo) en la céntrica plaza y sus alrededores le hicieron especiamente reconocible y pasó a formar parte del mapa sonoro de la ciudad y de sus habitantes. Desde los 26 hasta los 56 años hizo casi mítico ese pregón tan particular suyo y se ganó el cariño de la ciudad.
Aunque desde 2007 Luiti, que así lo llamaba su familia, estaba jubilado y no vendía cupones en la zona, seguía estando muy presente en las conversaciones de los habitantes de la ciudad.
Y es que, el mejor ejemplo de que alguien forma parte de la vida y de la historia de un lugar es cuando aparece en las conversaciones como ejemplo o metáfora para expresar cualquier acción. Y así era, es y será con El mudo del Palillero.
En Cádiz, este hecho se multiplica si tu nombre o tu apodo aparecen en las coplas de Carnaval. No hay mejor, ni mayor, confirmación de que alguien forma parte del paisanaje y del paisaje de Cádiz y desde ahora, Luiti, El Mudo del Palillero, también de su historia.
