Aunque uno pase por la calle Ciudad de Santander y tenga la sensación de que lo del Pabellón Portillo fue producto de un espejismo, lo cierto es que durante mucho tiempo fue todo un referente en la ciudad. Hoy nos preguntamos por qué se llamó así y quién fue la persona que le dio nombre.
Para ser exactos, su nombre real fue Fernando Jorge Portillo Scharfhausen. Gaditano y presidente de la Diputación provincial de Cádiz a finales de los años 60, es el encargado de sustituir a Álvaro Domecq y Díez. Sin embargo su mandato será corto ya que es cesado en medio de una gran polémica a los dos años por enfrentarse a los ministros de la Gobernación y de Exteriores que pretendían crear una provincia en el Campo de Gibraltar, decisión ésta rechazada por la propia ciudadanía.
La trayectoria de Fernando es larga y su historial variopinto: es profesor mercantil pero también consejero de los principales estacionamientos subterráneos de la ciudad. Presidente de la Caja de Ahorros de Cádiz y miembro del consejo de administración del Banco Popular. Y hasta diputado por la UCD en la provincia de Cádiz.
Su cese viene con un pan debajo del brazo ya que el Ayuntamiento gaditano reconociendo su buena gestión en tan poco tiempo, lo nombra Hijo Predilecto de la Ciudad de Cádiz. No son los únicos ya que a lo largo de la provincia calles, plazas o avenidas llevan su nombre.
Lejos de venirse abajo tras su destitución en 1969, Fernando lucha fuerte por la construcción de un pabellón deportivo que tendrá su sede en Puerta Tierra. Un pabellón que cuesta veinte y tres millones de pesetas y que tras sus esfuerzos se decide llamarlo con su nombre.
El Pabellón Portillo se convierte pronto en todo un referente en Cádiz ya que no solo tienen cabidas competiciones deportivas: grandes exposiciones, mítines políticos y hasta sede de la elección de Miss España 1970, un acontecimiento que se vive en la ciudad por todo lo alto con la presencia de personajes tan conocidos como Julio Iglesias o Sara Montiel. Y como no, entre pase y pase dos genios: Antonio Martín y Paco Alba.
En el año 2011, Fernando Portillo con cuatro hijos y retirado ya en El Puerto de Santa María, muere con ochenta y dos años de edad. Tres años después de ver morir a todo un símbolo en la ciudad: el pabellón que llevaba su nombre.