Hoy se cumplen trece años del debut de Nenad Mirosavljevic con el Cádiz. El por entonces secretario técnico del club cadista, Alberto Benito, se fijó en sus dotes como goleador tras destacar en la Primera División de serbia y lo firmó para el conjunto gaditano con la intención de elevar la competencia en una delantera donde se encontraba Oli.
A pesar de haber transcurrido más de una década y no haber marcado los goles que de él se esperaban, la hinchada cadista recuerda con cariño a un futbolista al que bautizó como Mortadelo por su parecido físico. Eran días felices en la afición del Cádiz, que saboreaba la categoría de plata tras un largo periplo de nueve años por Segunda B.
Mirosavljevic nació en Pozega (Croacia) en 1977, aunque posee la nacionalidad serbia. En este país comenzó su carrera profesional marcando goles para el Proleter Zrenjamin y el Smederevo, un aval suficiente para ser fichado por el Cádiz en la temporada 2004-05.
El 20 de agosto de 2004 debutó con el Cádiz en la primera jornada liguera. Salió en la segunda parte, con los amarillos perdiendo dos a cero ante el Eibar en Ipurúa, y anotó en el minuto 53 su primer tanto vistiendo la elástica cadista. Los gaditanos salieron derrotados de aquel encuentro (2-1), pero culminaron la temporada ascendiendo a Primera en Chapín.
A pesar de la buena campaña del Cádiz, el serbio nunca logró inquietar la titularidad de Oli. Acabó la temporada con cinco tantos, el conseguido frente al Eibar en la primera jornada, otro ante el Córdoba y tres en la goleada al Valladolid (6-1) en Carranza.
Tampoco le fueron mejor las cosas en la siguiente campaña en Primera. Marcó tres goles, ante el Barcelona, el Getafe y en el intrascendente último partido frente al Málaga con el equipo ya descendido. En la Copa del Rey anotó dos goles, ante el Albacete y el Sevilla.
En sus dos temporadas vestido de amarillo jugó un total de 45 partidos oficiales, sumando 1.711 minutos en los que anotó 10 goles. Con esos números no siguió en el Cádiz y regresó a su país para jugar en el Partizán, conjunto que lo cedió al Vecindario un año para volver a actuar en la Segunda española.
Su carrera continuó en el Smedevero, club en el que despuntó en sus orígenes, para posteriormente probar fortuna en Chipre. Primero en el Apoel y después en el Olympiakos Nicosia. Acabó su carrera en Serbia. Napredak y Cukaricki fueron sus últimos equipos.
Precisamente en el FK Cukaricki colgó las botas tras proclamarse campeón de la Copa de Serbia. Y, a petición de su presidente, pasó a ser manager del club serbio, puesto que desarrolla actualmente en su propósito por mejorar deportivamente a un equipo que marcha en octava posición de la Liga de Serbia.