Hay noticias que aunque se esperen duelen. Se clavan en el estómago, rompen por dentro. Tanto como si te cogiera por sorpresa, como si llegara sin avisar.
Cádiz ha perdido a uno de los mejores conocedores de su historia y sus costumbres. Cádiz ha perdido a quien mejor las divulgaba. Se marchó el paisano Ángel Mozo Polo. Se fue a otra vida y deja un vacío difícil –imposible- de llenar para aquellos que se consideraban su amigos.
Un jarro de agua fría en nuestro corazón para acabar el mes de agosto. Ángel era una persona con la que podías hablar durante horas. Nadie se cansaba de escucharle. Tan interesante era lo que contaba como la manera de hacerlo.
Sus intervenciones en la Cadena Ser y en el extinto Canal Cádiz quedan para el recuerdo. La voz en los oídos de sus paisanos. Con él aprendió Cádiz. Sobre el patrimonio y la Semana Santa de una ciudad antigua. En los libros escritos, publicados algunos y otros aún por imprimir, habló de su pueblo.
Nunca le gustó el ordenador. Sus textos olían a la tinta de una vieja máquina de escribir que se encontraba custodiada en una habitación llena de libros y recuerdos. Los que tuvieron la suerte de su amistad seguro que nunca le olvidarán. Ni a él ni su legado. Descansa Ángel en esa gloria que te mereces.