Como parecía cantado, el cambio de nombre del estadio de Cádiz a Estadio Carranza sigue dando mucho de qué hablar y de qué escribir. Ahora, la Plataforma Estadio Carranza da la siguiente entrega. El colectivo parece caer en la clásica contradicción de “haz lo que digo, no lo que yo hago” en su defensa de Estadio Carranza.
La plataforma parece criticar que haya sectores que se opogan al cambio de nombre que sigue recordando que el hijo de un alcalde franquista decidió ponerle el nombre del estadio municipal el de su padre, primer alcalde franquista de Cádiz y colaborador con el golpe de estado de 1936. Justo lo que prohíben las leyes de Memoria Histótica y Memoria Democrática.
A lo largo de los últimos años, esta agrupación ha sido muy crítica con el proceso que llevó al cambio de nombre del estadio gaditano en 2021, cuando el Ayuntamiento de José María González, Kichi, decidió tras un poelémico proceso que el Estadio Ramón de Carranza pasaría a llamarse Nuevo Mirandilla. Ahora que el Ayuntamiento de Bruno García (supuestamente a petición del Cádiz CF) ha iniciado un nuevo proceso para revertir ese cambio y dejarlo en Estadio Carranza a secas, la misma Plataforma exige respeto y pide que se respete la legalidad del procedimiento.
Justo lo que no hizo cuando el Ayuntamiento decidió quitarle al estadio el nombre de Ramón de Carranzay lanzaba toda clase de críticas. Este doble rasero se evidencia al observar cómo la Plataforma exige el respeto a la ley cuando le beneficia, pero critican acciones similares a la que ella misma realizó cuando le interesa.
El nombre Estadio Ramón de Carranza fue elegido en su momento por José León de Carranza como alcalde de Cádiz, quien decidió honrar a su padre, el primer alcalde franquista de Cádiz y colaborador en el golpe de Estado de 1936. Decisión que fue respaldada por el Ayuntamiento de la época. No cabía otra. Sin embargo, en 2021, el Ayuntamiento gaditano, bajo el marco de la Ley de Memoria Democrática, consideró inapropiado que el estadio llevara el nombre de una figura tan controvertida y decidió cambiarlo a Nuevo Mirandilla, argumentando la necesidad de desvincular al estadio de la simbología franquista.
Ahora, casi tres semanas después de la noticia del pasado 27 de julio de que el estadio de Cádiz podría volver a llamarse Estadio Carranza, la Plataforma ha manifestado públicamente su apoyo al proceso administrativo iniciado por el Ayuntamiento a petición del Cádiz CF. Insisten en que esta decisión respeta la normativa vigente, incluida la Ley de Memoria Histórica, y piden que se respeten tanto el procedimiento como las posibles derivadas judiciales que puedan surgir.
La Plataforma ha destacado que existen precedentes en otras ciudades, como Córdoba, donde se han realizado cambios en la nomenclatura urbana de manera que cumplieron con la Ley de Memoria Histórica. Citan como ejemplo la eliminación de los nombres completos en calles como Cruz Conde y Vallellano, que fue aceptada por la Fiscalía como un cumplimiento válido de la normativa memorialista.
La Plataforma también solicita a los grupos que manifiestan su disconformidad con el posible regreso del nombre Estadio Carranza que respeten el sentir mayoritario de la afición y de la ciudadanía gaditana. Recuerdan varios hitos vividos durante el proceso de cambio de nombre anterior, cuando se recibieron 1.000 votos para decidir el nuevo nombre, de los cuales un 25 por ciento (250 votos) determinó el nombre Nuevo Mirandilla. La plataforma recuerda que consiguieron más de 3.000 firmas en Change.org, así como con las 1.200 firmas físicas y las más de 600 propuestas que incluían Estadio Carranza, todas ellas ignoradas por el Ayuntamiento en ese momento. Curiosamente, se le pasa argumentar a este colectivo que la legalidad de ese nombre ha sido puesto en duda (y lo fue en aquel proceso) por colectivos de memoria histórica y por el propio Gobierno, que ha enviado un escrito al Ayuntamiento.
Un claro cambio de la Plataforma que con su argumento viene a decir que lo que antes hizo ella misma no vale que lo hagan los demás que resulta muy llamativo si se compara con su actitud durante el proceso de 2021. En aquel entonces, fueron críticos con el cambio de nombre, tal como lo son ahora los colectivos que se oponen al regreso del nombre Estadio Carranza.
Sin embargo, mientras que la Plataforma defiende ahora la legalidad y el respeto al proceso, los colectivos que se oponen al cambio aluden a las leyes —la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Memoria Democrática— para oponerse. Este paralelismo en las estrategias, como la recogida de firmas, la creación de plataformas y las críticas al nuevo nombre, subraya las contradicciones que muestra el nuevo discurso de la Plataforma.
Finalmente, la Plataforma Estadio Carranza ha pedido respeto a los ciudadanos que piensan distinto, solicitando que se eviten insultos o descalificaciones que tergiversen y politicen el asunto. Resaltan que entre los miles de firmantes y apoyos recibidos hay gaditanos y cadistas de todas las tendencias políticas, y que el debate debe centrarse en argumentos racionales y no en confrontaciones ideológicas. Como si los que los están apoyando ahora la oposición al cambio de nombre fueran menos de Cádiz o menos cadistas que ellos.
Parece, una vez más, que lo que afirmó el alcalde de Cádiz, Bruno García, que el cambio de nombre buscaba la unión no está surtiendo precisamente ese efecto.