Esta noche pasada se cumplieros dos semanas desde que un grupo de personas sin hogar se concentrarán en los bajos del Ayuntamiento de Cádiz para protestar por la situación en el albergue municipal y solicitar soluciones tras el cierre de los conocidos como soportales de Capuchinos. Hoy hace ya quince días que están allí.
Dos semanas en las que este colectivo de personas sin hogar reclama soluciones dignas y permanentes, más allá de las promesas y medidas temporales.
Hace dos semanas, un grupo de ocho personas sin hogar se trasladó desde los soportales de Capuchinos a los arcos del Ayuntamiento de Cádiz, después de que la zona fuera vallada y cerrada. Desde entonces, han permanecido allí, demandando una solución efectiva y digna a su situación. Ya son una quincena Francisco Javier Sánchez Sánchez, una de estas personas, ha sido una de las voces más firmes en esta protesta, compartiendo su historia y sus demandas con la esperanza de que las autoridades locales tomen acción.
Francisco Javier, gaditano de nacimiento y criado en el barrio de La Viña, se ha convertido en uno de los rostros visibles de esta reivindicación. “Nosotros no estamos pidiendo la luna ni el sol. Solo queremos un sitio digno donde pernoctar y una solución acompañada de una reinserción laboral o de algún tipo de ayuda para poder adquirir una vivienda dignamente”, afirma con contundencia.
El grupo, que comenzó con ocho personas y ahora ha crecido a casi una quincena, se ha enfrentado dificultades constantes. Según Francisco Javier, la falta de una respuesta concreta por parte del Ayuntamiento ha sido frustrante. “Nosotros le molestamos porque, si no, el alcalde no diría las cosas que está diciendo. Para mí, tras haber visto aquí durante décadas muchos alcaldes en el ayuntamiento de los que casi ninguno hemos recibido nada, sigue evadiendo su responsabilidad”, declaró refiriéndose al alcalde Bruno García, al que se dirige en este vídeo.
Francisco Javier relata cómo, a pesar de haber tenido reuniones con el alcalde y el equipo de calle, no han recibido ninguna propuesta de realojo ni confirmación de ayuda concreta. “Se les ha dicho algo así como ‘iros de aquí y os ayudaremos’, pero la gente no está dispuesta a irse sin una garantía de alojamiento”, comenta indignado. La falta de soluciones y el sentimiento de abandono se reflejan en sus palabras: “Nos dimos cuenta de que ustedes no tenían intención ninguna de nada. A día de hoy se puede demostrar que seguimos igual”.
A pesar de la adversidad, la protesta ha recibido el apoyo de la ciudadanía, con más de 500 firmas recogidas en un libro abierto por el colectivo. “No estamos pidiendo nada especial, ningún tipo de lujo. Lo que estamos pidiendo es lo que todo ser humano quiere: un sitio digno donde pernoctar”, reitera Francisco Javier, subrayando la necesidad de soluciones permanentes y efectivas.
Francisco Javier también agradece a la asociación Despertares, al constructor Agustín Rubiales y a los vecinos que han brindado ayuda, pero critica duramente la inacción del Ayuntamiento. “Esto ya es humillante. Es asqueroso. Meterte en Procasa no vale para nada porque resulta que el número 20 lleva 20 años esperando. Si va a haber 4.000, me voy a morir en las calles”, expresa con desazón.
La protesta continúa, con Francisco Javier y su grupo decididos a no moverse de los arcos del Ayuntamiento hasta obtener una solución real. Y el mensaje de Francisco Javier y su grupo es claro: “No pedimos la luna, solo un sitio digno”. Una petición simple y humana que espera encontrar solución de las autoridades municipales y apoyo en la sociedad gaditana.
