Una decena de personas que solían pernoctar en los conocidos como soportales de Capuchinos se han trasladado a los bajos del Ayuntamiento tras cierre de aquella zona con el vallado realizado por el Consistorio. Desde el colectivo Nadie sin Hogar se le pide al concejal de Asuntos Sociales, que destituya a la trabajadora social del albergue suyas decisiones, asegura, están afectando a las personas sin hogar.
La situación de las personas sin hogar está viviendo un enrarecimiento en las últimas semanas. A los problemas que han suscitado el cierre de los soportales de Capuchinos se une el fallecimiento en ese mismo lugar de una persona y a los problemas que están denunciando diferentes colectivos se está viviendo en el albergue.
Problemas, que desde Nadie sin hogar o la Asociación Pro Derechos Humanos, centra en la política de rotación para la ocupación de las plazas del albergue. Con todo esos condicionantes, el cierre de los soportales de Capuchinos ha trasladado la protesta de estas personas sin hogar a los bajos del Ayuntamiento. “Un lugar visible, no se han a esconder en un rincón como le pasó a Antonio (la persona sin hogar que perdió la vida el lunes en Capuchinos) que todo el mundo sabía que estaba ahí y nadie le dio plaza en el albergue pese a haberlo solicitado”, señalan desde Nadie Sin Hogar.
Desde el Movimiento Nadie Sin Hogar argumentan que el cierre no soluciona el problema de fondo y que, de hecho, lo empeora. “Ocho personas se han visto obligadas a dormir en los arcos del Ayuntamiento desde el lunes y se les han ido uniendo más”, explica Miki Carrera, portavoz del movimiento. “Dos parejas fueron expulsadas del albergue municipal a pesar de la rotación de plazas, y otras personas se les ha negado la plaza o han sido expulsadas estando dentro”.
Carrera denuncia la falta de recursos y la mala gestión del albergue municipal. “Hemos pedido que quiten a la trabajadora social porque está costando vidas”, afirma. “Hay personas con dolencias que no están recibiendo la atención adecuada y otras que están siendo expulsadas sin motivo”, añade.
El portavoz del Movimiento Nadie Sin Hogar también critica la falta de alternativas para las personas sin hogar. “El equipo de calle vino al Ayuntamiento para ver a estas personas, pero no les ofreció un alojamiento”, señala. “Esto es un lugar techado, con cámaras de seguridad que les da tranquilidad y donde no corren el riesgo de ser robados y están cerca de donde estamos tramitándoles los papeles”.
“No se van a esconder hasta que se mueran, como en el caso de Antonio”, asevera Carrera. “Todos sabían que estaba enfermo y nadie le dio la plaza en el albergue a pesar de que la había pedido”, insiste.
çEl Movimiento Nadie Sin Hogar exige al concejal responsable que tome las riendas de la situación y que tome decisiones para solucionar el problema del sinhogarismo en Cádiz. “Que quite a esa trabajadora social que está expulsando gente sin criterio y que ponga a alguien que respete la ley de servicios sociales y la vida de las personas sin hogar”, concluye Carrera.