Batalla ganada para el patrimonio histórico de Cádiz. Los azulejos del Quijote que adornan la casapuerta del edificio ubicado en la calle José del Toro 14 se conservarán en su lugar original, según ha confirmado el arquitecto de la obra, Gumersindo Fernández. “No teníamos conciencia del valor patrimonial que tienen”, ha reconocido el arquitecto a Cádiz Directo.
Finalmente, tras la voz de alarma del temor de muchas personas sobre el futuro de los azulejos del Quijote, únicos y una joya del art decó en la ciudad, ha servido para que desde la dirección de la obra que se tomen las medidas para que se mantenga en ese lugar.
Fernández ha reconocido que “No teníamos conciencia del valor patrimonial que tenían esos azulejos, no dado mayor importancia. Nivel patrimonial no llega esas exquisiteces” y que tras recibir una llamada el viernes, tras la publicación de la noticia en Cádiz Directo, por parte del arqueólogo y el aparejador municipal, “Hablamos con la propiedad y sin problemas, se va a conservar en el mismo lugar” en el zaguán de la finca. “Todo lo que sea a favor, se rema…”, ha añadido.
“Se van a dejar ahí, la obra solo se realiza en las zonas comunes y se va a instalar un ascensor”. Además, ha indicado que “si hay azulejos partidos no del dibujo, sino de alrededor o el suelo, se cambiará… se pondrá en valor esa zona”.
Importancia de los azulejos
Los azulejos del Quijote fueron realizados en la fábrica Iliturgi SL de Andújar entre 1925 y 1928, y representan escenas de la célebre novela de Miguel de Cervantes. Son considerados una obra de notable valor patrimonial por su rareza, ya que son uno de los pocos ejemplos de art decó en Cádiz, y por su técnica de elaboración, la cuerda seca, poco común para decorar azulejos y que podrían haber sido ejecutada por el pintor sevillano Gutiérrez Orgambides. Todo, según señala el experto en azulejería Alfredo García Portillo.
Pese a su valor, los azulejos carecían de protección patrimonial, “probablemente porque se trata de una pieza privada”, comenta Alfredo García Portillo.
Se trata de una obra de seis escenas del Quijote representada en azulejos pintados con esa técnica de la cuerda seca. En cada escena se indica al capítulo de la obra de Miguel de Cervantes que representa. Entre ellas “el caballero de la triste figura”.
La decisión de conservar los azulejos en su lugar original ha sido bien recibida por los historiadores y expertos en patrimonio cultural, quienes han celebrado que este importante elemento de la historia de Cádiz no desaparezca.