La polémica sobre el cambio de nombre del estadio de Cádiz a Estadio Carranza como pretende el Ayuntamiento siguiendo una petición del Cádiz CF sigue generando movimiento y acciones en Cádiz. Ahora le toca al colectivo Internacional de Intervención e Insurgencia (iiín!), que ya ha realizado algunas acciones en la capital gaditana.
Parece que la unión de los gaditanos que el alcalde Bruno García buscaba con el cambio de nombre del estadio no se está logrando. Por lo que sea.
Iiín! ha lanzado una fuerte campaña en contra de la decisión de renombrar el estadio como “Estadio Carranza”, criticando duramente la figura de Ramón de Carranza y calificándolo como “la esencia del cacique cuando el caciquismo y del fascista cuando el fascismo”.
El panfleto acusa a Carranza de ser un alcalde que jamás fue elegido por sufragio popular, resaltando su papel en la dictadura de Primo de Rivera y destacando el brutal endeudamiento que dejó en Cádiz durante su primer mandato (1927-1931). Según el documento, este endeudamiento y los numerosos chanchullos de su gestión fueron tan notorios que quedaron reflejados en el Informe Barahona, donde “no quedaba en buen lugar ni su gestión ni su rectitud”.
Además, el colectivo subraya que Carranza fue un conspirador monárquico que desde el principio buscó “derrocar el régimen legítimo republicano, disolver las Cortes e ilegalizar partidos y sindicatos”. En este contexto, el panfleto cita una declaración de Carranza durante la campaña electoral de 1931: “Las hojas y manifiestos de los republicanos rompedlos en el acto y retorced el pescuezo a las personas que los reparten”.
El panfleto también aborda la segunda etapa de Carranza como alcalde, tras el golpe de Estado de 1936, calificándola como “especialmente oscura y siniestra”. Carranza es acusado de ser responsable directo de la depuración de los funcionarios municipales, así como de la purga de maestros y maestras en Cádiz, firmando informes que llevaron a la expulsión, encarcelamiento o ejecución de muchas personas.
El documento finaliza denunciando la creación de la “Milicia Cívica Gaditana”, un grupo de matones que, bajo la dirección de Carranza, se dedicó a la represión de los “focos republicanos” que quedaban en la ciudad.
En un tono irónico, el panfleto concluye con un llamamiento a los “auténticos fachas” para que “den la cara para que el estadio vuelva a llamarse Ramón de Carranza”, criticando con dureza la propuesta de devolver el nombre del estadio al que fue alcalde durante dos dictaduras. Este nuevo frente de oposición pone de manifiesto las tensiones y divisiones que persisten en Cádiz en torno a su memoria histórica y la figura de Ramón de Carranza.
