Quejas en Canalejas por la instalación sin permiso de reposteros del Rosario en balcones privados por el Ayuntamiento de Cádiz

El Consistorio señala que se trata de una empresa externa la que los coloca y que en el contrato se establece que tienen que pedir permiso para su instalación

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Muchas personas se han visto sorprendidas por la instalación de estos reposteros en sus balcones y terrazas.

Malestar vecinal en la Avenida 4 de Diciembre de 1977 por la instalación de reposteros en los balcones privados para el paso de la procesión del Rosario, que tendrá lugar el próximo lunes. Los vecinos denuncian que el Ayuntamiento ha colocado estas decoraciones sin pedirles permiso, invadiendo sus propiedades de manera irregular.

Aunque algunos han optado por pedir la retirada los reposteros a los propios operarios municipales que los estaban colocando, la indignación crece entre las personas que viven en estos edificios por lo que consideran “falta de respeto” ante la falta de comunicación del Consistorio.

Uno de los vecinos afectados, que decidió pedir la retirada de los reposteros de sus balcones y ventanas, mostraba a Cádiz Directo su indignación. “Si me hubieran pedido permiso, lo mismo lo habría dejado sin problema, pero no me han consultado para nada”, señala visiblemente enfadado. La situación ha generado situaciones incómodas e incluso absurdas. Otro residente, entre broma y molestia, reflexionaba: “¿Qué habría pasado si mi esposa o yo hubiéramos salido desnudos al balcón y nos encontramos con estas personas colgando estas cosas y viéndonos por la ventana?”.

“Es una invasión de la privacidad más allá de la propiedad. No se puede tolerar que alguien use tu casa sin permiso, aunque sea para algo tan aparentemente inofensivo como poner un repostero. Aparentemente, porque es para una celebración religiosa”, declaraba otro vecino afectado.

El Ayuntamiento responde

Ante las quejas, desde el Ayuntamiento de Cádiz han aclarado que no son operarios municipales los encargados de la instalación, sino una empresa externa contratada para tal fin. En el contrato con esta empresa, se especifica que deben pedir permiso a los vecinos antes de colocar los reposteros en sus balcones.

Por su parte, la empresa encargada de la instalación le aseguran al Consistorio que han pedido permiso a todos los vecinos, y que la única queja recibida ha sido la de un residente, donde se cometió un error. Según explican, en ese caso pidieron autorización a la vecina colindante, creyendo que el balcón pertenecía a ella y que se ha retirado del balcón cuando se dieron cuenta, señala la empresa (aunque el vecino insiste en que fue a petición suya y con la queja de los trabajadores).

No es la primera vez

No es la primera vez que los vecinos de Cádiz se ven sorprendidos por acciones del Ayuntamiento sin previo aviso. Hace apenas unas semanas, residentes de la calle José del Toro descubrieron que se había instalado cableado para alumbrado extraordinario en sus balcones, también sin autorización. Aunque la situación en aquella ocasión fue similar, con quejas por el daño a las estructuras y la falta de información, no se tomaron medidas correctivas, lo que hace que los vecinos vean estos incidentes como un patrón recurrente de mala gestión.

En aquel momento, Jorge Benítez, un comerciante de la zona, expresó en redes sociales su malestar: “Estoy de acuerdo con la iluminación extraordinaria, pero no pueden colocarme cables en mi balcón sin ni siquiera avisar. Además, han dañado la madera, que ya estaba en mal estado”. Este tipo de acciones han sido catalogadas por los vecinos como “chapuzas” y ejemplo de la falta de planificación y respeto hacia las propiedades privadas.

En el caso actual de los reposteros, los vecinos del Parque de Canalejas piden una explicación por parte del Ayuntamiento, ya que ha usado propiedad privada sin permiso para instalar adornos para una salida de procesión religiosa. Mientras tanto, algunos ya han tomado medidas, haciendo que se retiren inmediatamente esos exornos que, según alegan, invaden su propiedad de manera inaceptable. “Es nuestro balcón, no pueden hacer lo que quieran sin consultarnos”, concluyen.