Sale a ‘subasta’ la finca que fuera consulado británico en el siglo XVIII y XIX en la calle Sagasta

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CÁDIZDIRECTO/J.L.P.- Si usted dispone de 1,67 millones de euros se puede hacer con un trozo de la edad de oro de Cádiz. Ese es el precio de salida que tiene la subasta que ha abierto Solvia para la finca número 1 de la Calle Sagasta, una casa palacio del siglo XVIII que fue consulado británico y que guarda auténticos tesoros que van más allá de esta joya de la arquitectura gaditana.

La finca ha salido ha subasta después de que no cristalizara un proyecto de construcción de apartamentos de lujo y un par de intentonas más de inversores que no cristalizaran. De hecho, el inmueble (incluido el bajo en el que había hasta hace poco un local de ocio nocturno) están en «periodo de transparencia» como lo define la inmobiliaria del Banco de Sabadell hasta este sábado. Si hubiera más de una oferta, se abriría la puja en base a diferentes baremos. El precio de salida son esos 1,67 millones.

Patio central y escalera de entrada de la finca.
Patio central y escalera de entrada de la finca.

Pero esta finca es mucho más de lo mucho que ya prometen sus espectaculares balcones. Esta casa palacio se construyó a mediados del siglo XVIII como sede del consulado y la embajada británica, que se mantuvo allí hasta finales del siglo XIX. De hecho, durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814) al estar allí la embajada inglesa fue fundamental en la defensa de Cádiz y su abastecimiento por mar. Tanto que allí vivieron Wellesley, hermano del duque de Wellington.

En  la entrada de la finca aún se recuerda el año de la primera reforma y su condición de Consulado Británico (BC: British Consulate)
En la entrada de la finca aún se recuerda el año de la primera reforma y su condición de Consulado Británico (BC: British Consulate)

Tras habitarla la familia de Benito Cuesta, una adinerada familia de la ciudad, comenzó su decadencia a finales de los 90. Antes, en 1995, fue reformada y se instaló un ascensor. No mucho después fue abandonada, pero su estado aún permite apreciar vestigios de esplendor y, sobre todo, confirman que entre sus muros se vivieron hechos destacados de la historia de Cádiz.

Montera del edificio desde el patio central.
Montera del edificio desde el patio central.

Tras pasar por la desvencijada puerta de madera por la que se accede desde la Calle Sagasta se inicia un auténtico viaje en el tiempo. Baúles facturados en un viaje desde las antillas, paredes con papel y telas pintadas reforzadas por detrás con periódicos del siglo XIX, salones que acogieron bailes de la burguesía que impulsó el esplendor del Cádiz que comerciaba con las indias, cocinas, camas y sofás con dos siglos de antigüedad… Un lugar ideal para un museo, centro de estudio de la historia de Cádiz o un hotel ahora al alcance de los inversores.

Montera y la torre mirador de la finca desde la que se tiene una vista de Cádiz prácticamente en 360 grados, ya que no hay ninguna construcción más alta en la zona.
Montera y la torre mirador de la finca desde la que se tiene una vista de Cádiz prácticamente en 360 grados, ya que no hay ninguna construcción más alta en la zona.