El número 19 de la calle Sopranis de Cádiz: okupas, amenazas, drogas, agresiones e intentos de atropello

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Nerea García ha hecho público a través de las redes sociales su temor por vivir, o malvivir, si se tiene en cuenta lo que ha pasado y lo que denuncia, junto al número 19 de la calle Sopranis del barrio de Santa María de Cádiz.

Esa finca, tras el abandono de La Corrala, fue ocupada por unas personas y desde entonces los episodios que se tienen que aguantar por allí van desde la violencia y las drogas, pasando por las amenazas y agresiones… y desembocando incluso en un intento de atropello a una mujer: la madre de Nerea.

«Sopranis 19. Foco de venta de droga, violencia y delincuencia. Compartid lo máximo posible por favor!!! Necesitamos soluciones y el Ayuntamiento continúa sin hacer nada!!!!», publicaba en redes sociales Nerea  García, esta vecina de la zona que está sufriendo en sus carnes la okupación.

Y añade en unas imágenes que ha compartido en redes sociales en las que se le ve con heridas y sangre: «Sopranis 19. Puntos de sutura. Heridas en la cara. Contusiones en la cabeza. Problemas cervicales y de espalda. Después de dos días y la pertinente denuncia y labor por parte de la policía, han intentado atropellar a mi madre. Necesitamos urgentemente el desalojo de este edificio. No es normal el miedo con el que vivimos los vecinos de esta calle».

El adiós a la Corrala de la Bahía allá por febrero del pasado año fue un cerrojazo a un problema que se había convertido en eterno en la capital gaditana. Eso sí, no salió gratis la solución: la propiedad dio por cada vivienda un cheque de 5.000 euros según lo pactado con los okupas.

Pues bien, tal y como informó ese medio en su día, alguno de esos okupas, con los 5.000 euros en el bolsillo, no tardó en instalarse en otra casa de otra finca de la ciudad. Concretamente, en unas casas de la calle Sopranis 19 que estaban abandonadas.

En los últimos tiempos la Corrala de la Bahía era sinónimo de problemas, con reyertas, enfrentamientos entre los vecinos o episodios de venta de droga. Se puso fin a ese sinvivir, pero se trasladó a la calle Sopranis.

«Soy taxista y la central de Radio Taxi en ocasiones me ha mandado a recoger personas a esa dirección y me niego rotundamente de ir allí a recoger a nadie porque no me gusta el tipo de persona que ahí se mueve. Que exista todavía en el corazón de esta ciudad ventas de drogas y personas peligrosas….», ha lamentado un conductor de taxi de la ciudad en el post publicado en Facebook por Nerea.