La opción de que el Puente José Léon de Carranza tenga que cambiar de nombre en aras de la Ley de Memoria Democrática ya ha abierto un interesante debate en torno a posibles alternativas.
A la opción que baraja el Gobierno central para denominarlo Puente de los Astilleros se une ahora Sumar Cádiz a través de su diputada en el Congreso, Esther Gil de Reboleño, plantea que el puente pase a llamarse Puente Rafael Alberti
Se trata de una propuesta que llegaría también como homenaje al poeta portuense en el centenario de la publicación de una de sus obras más emblemáticas, Marinero en Tierra.
La idea, según ha explicado Gil de Reboleño, no es solo un cambio de nomenclatura, sino un gesto con un profundo simbolismo cultural y democrático. Rafael Alberti es mucho más que un poeta, es un símbolo de la Bahía de Cádiz, de Andalucía y de la universalidad de nuestra cultura. Cambiar el nombre del puente es un acto de justicia histórica y un tributo a su obra y a su memoria, especialmente en un año tan significativo como el centenario de Marinero en Tierra, declaró la diputada.
La propuesta surge tras la opción de cambio de nombre del puente, dentro del marco de la Ley de Memoria Democrática para eliminar vestigios relacionados con el franquismo en el espacio público. José León de Carranza, cuyo nombre ostenta el puente desde su inauguración en 1969, fue un político estrechamente ligado al régimen franquista, e incluso a golpes de estado anteriores, como el del general Sanjurjo.
Para Sumar Cádiz, la sustitución del nombre del puente sería un paso importante en el cumplimiento de esta normativa, alineando el simbolismo del puente con los valores democráticos actuales. “Rafael Alberti representa los valores de libertad, arte y justicia social que identifican a nuestra tierra. Su obra y su vida nos recuerdan que la cultura es una herramienta de resistencia y transformación. Por eso creemos que este cambio es mucho más que simbólico, es un acto de reparación histórica”, declara la diputada por Cádiz y vicepresidenta del Congreso, Esther Gil de Reboleño.
“No podemos seguir perpetuando homenajes a figuras asociadas al franquismo. Es hora de que Cádiz mire hacia adelante, hacia sus valores democráticos y su riqueza cultural”, expresó Gil de Reboleño, añadiendo que este cambio “reivindica el legado de quienes sufrieron el exilio y la represión, como Alberti, y coloca a Cádiz en el lugar que le corresponde como ciudad de la memoria y la libertad”.
Gil de Reboleño también subrayó que “esta es una oportunidad para proyectar la imagen de Cádiz como un referente cultural no solo en España, sino en el mundo. No se trata solo de honrar a un poeta, sino de reforzar nuestra identidad colectiva”.
Alberti es una de las figuras más destacadas de la Generación del 27 y un referente de la poesía en lengua española, recuerdan desde Sumar. Su exilio, consecuencia de la dictadura franquista, y su compromiso con valores como la libertad y la justicia social lo han convertido en un símbolo tanto de la Bahía de Cádiz como de la lucha democrática en España.
Alternativas en estudio
Sin embargo, esta no es la única propuesta sobre la mesa. Desde el Gobierno central, se está considerando la opción de renombrar la infraestructura como Puente de los Astilleros, en reconocimiento al papel crucial que este sector ha desempeñado en la economía y la vida social de la región. Este nombre pretende homenajear a generaciones de trabajadores que han contribuido al desarrollo de la Bahía de Cádiz a través de su labor en la construcción naval.
Sobre esta alternativa, Gil de Reboleño ha mostrado su respeto, aunque ha matizado que, en su opinión, “los trabajadores de los astilleros necesitan derechos, mejores condiciones laborales y políticas que protejan su empleo. Cambiar el nombre de un puente no puede ser el único reconocimiento hacia su sacrificio y esfuerzo diario”.
Aun así, reconoció que “todas las propuestas que busquen dignificar nuestra historia son válidas, pero debemos priorizar a figuras que representen valores universales, como la libertad y la cultura”.
Este debate en torno al cambio de nombre del puente también se inserta en un contexto más amplio de reflexión sobre el papel de la memoria democrática en la configuración del espacio público. Para Sumar Cádiz, el renombramiento del puente es una oportunidad para reafirmar los valores democráticos y rendir homenaje no solo a Alberti, sino también a todas las víctimas de la represión franquista, incluidas aquellas que, como el poeta, se vieron obligadas al exilio.
“Los nombres importan. Ayudan a construir nuestra memoria colectiva. Cambiar el nombre del puente no es un capricho, es una forma de decir quiénes somos y qué valores queremos transmitir a las próximas generaciones”, afirmó Gil de Reboleño.
Con un año tan simbólico como el centenario de Marinero en Tierra, la iniciativa ha encontrado eco entre muchos ciudadanos y colectivos culturales que ven en esta propuesta una forma de fortalecer el vínculo entre Cádiz y su rica tradición literaria. No obstante, la decisión final aún está pendiente, y se espera que el debate continúe en los próximos meses con la participación de distintos sectores de la sociedad gaditana.