La realidad social y vital de Cádiz está cambiando (ha cambiado), y con ella surgen nuevos negocios que comienzan a abrirse paso en la ciudad.. Especialmente en el casco histórico, cuyos locales estaban ligados a un comercio más tradicional y convencional.
Pero el cambio en el perfil de la ciudadanía, la cada vez mayor presencia de visitantes y turistas, la proliferación de pisos turísticos o de alquiler por cortas temporadas y el tamaño de las propias casas del centro ha abierto el abanico a unos nuevos negocios. Nuevas apuestas que se van abriendo en locales comerciales vacíos hasta hace poco.
Son los casos, por ejemplo, de los trasteros, lavandarías, consignas y, últimamente, duchas. Es la nueva vida para locales del centro de Cádiz. Pero un fenómeno que refleja una o varias realidades que viven las personas que habitan la ciudad. Pero también reflejan otra realidad social: el mercado laboral en la ciudad. Son negocios que necesitan de una inversión inicial mediana, poco mantenimiento y nulo personal, prácticamente. Es decir, apenas generan riqueza más allá de la de los propietarios y uno o dos trabajadores.
Trasteros contra la falta de espacio
El caso de los trasteros puede ser el más ligado a la propia fisionomía de los pisos del centro históricos. Los centros históricos suelen tener casas pequeñas (al menos las asequibles para el bolsillo de la mayoría). Es decir, pisos con poco espacios y apenas huecos para guardar la cada vez mayor cantidad de objetos que se necesitan en una familia: ropas de temporada, juguetes, utensilios para la playa, incluso disfraces.
Los trasteros ofrecen a muchas familias ese espacio adicional para almacenar lo que no cabe en sus casas, liberando así espacio en sus viviendas.. Estos pequeños almacenes reflejan una realidad: las viviendas en Cádiz, especialmente en el centro, son pequeñas, y el espacio adicional se ha vuelto indispensable en la vida actual.
Lo que antes era un problema de espacio se ha convertido en una oportunidad de negocio. Normalmente se trata de locales grandes, que se diviven en pequeños compartimentos de los que sacar un buen número de trasteros que alquilar o vender. La inversión: puertas más o menos segura, cámara de seguridad y limpieza periódica.
Lavandería con sabor de película
Un negocio o servicio muy ligado a la imagen de las películas norteamericanas que nunca había estado muy presente en Cádiz y ahora cada vez lo está más es el de las lavanderías. En las películas son casi un punto de encuentro y salen con la ropa seca. Aquí siempre habían existido las tintorerías, pero para limpieza de trajes o ropa más delicada o con manchas complicas de limpiar en casa. Ahora, cada ves hay más lavanderías.
Un auge que parece venir de la mano de las viviendas turísticas. Alquileres de corta duración, donde los propietarios prefieren no dotar sus inmuebles con lavadoras, han generado una demanda constante de servicios de lavandería. También aplicables a pisos de estudiantes, que al acabar el curso suelen pasar a alquiler para visitantes y turistas. Además, los pisos turísticos no suelen incluir las llaves de esas azoteas de las fincas de Cádiz en las que tan bien se seca la ropa. Basta mirar el balcón con las toallas colgadas para saber que allí hay turistas.
Estas lavanderías ofrecen a la propiedad de estos pisos una opción más económica que instalar y mantener una lavadora en sus pisos temporales (además del gasto en agua y luz que en los pisos turísticos no se suele cobrar). Una tendencia no solo resuelve el problema del espacio, sino que también ayuda a aumentar los beneficios de la propuedad de viviendas turísticas (la alternen o no con el alquiler a estudiantes).
Consigna y ducha en La Viña
Esta tendecía de adaptación de los negocios a lo que necesitan estas personas que llegan a pisos turísticos tiene en el Barrio de la Viña un doble ejemplo bastante clarificador. Un local con servicio de consigna y ducha en el mismo y el tercer negocio de un servicio que ofrece guardamaletas. Parece claro que se trata de un servicio pensado para quienes viene a Cádiz con más o menos premura o para quienes esperan a ocupar su alojamiento o tienen que salir de él mucho antes de la hora de salida de su transporte. Los hoteles suelen permitir dejar la maleta antes o después del alojamiento durante un tiempo prudencial, así que…
Antes, eran los servicios de los módulos de playa los que asumían esta demanda. Siguen ofreciendo ese servicio de duchas, vestuario y consigna por un euro, pero el concepto ha evolucionado Cádiz se adapta a esos nuevos gusto.
Los vending 24 horas llevan más tiempo
Una tendencia que lleva bastante tiempo en el centro de Cádiz es la de los servicios de vending 24 horas. Estos negocios automáticos, que ofrecen desde bebidas y snacks hasta productos de primera necesidad, han encontrado su lugar en puntos estratégicos del casco histórico, respondiendo a la demanda a cualquier hora especialmente de turistas. Aunque no en todos los casos se han asentado por la cercanía de tradicionales barracas o pequeños comercios de barrio con horarios más flexibles (el típico ‘Sarna Ramón’ que cantanban Los curas de pueblo) de toda la vida que siguen teniendo una clientela fiel.
El traspiés del guardabici
Sin embargo, y contra muchos pronósticos, no todo lo relacionado con el espacio extra ha tenido éxito en Cádiz. El negocio de los guardabicis, por ejemplo, no ha terminado de asentarse. Aunque se preveía un aumento en el uso de bicicletas gracias al carril bici que recorre la ciudad y que quienes usaran este vehículo no siempre iban a tener sitio en sus viviendas, los espacios destinados a guardar bicicletas siguen siendo escasos. Un negocio de este tipo abrió en la zona de La Laguna, pero hasta ahora no el modelo no se ha extendido a otros barrios.