Conducir bajo los efectos del alcohol supone un riesgo que muchas veces acarrea serias consecuencias. Lo pudo comprobar en sus carnes la pasada madrugada el conductor de una motocicleta tipo scooter que circulaba ebrio por la avenida de la Sanidad Pública.
El hombre, del que no han trascendido más datos, ha resultado herido tras colisionar con un vehículo de prerrecogida de la empresa adjudicataria de limpieza que estaba parado en el carril derecho debidamente señalizado y realizando su trabajo.
El conductor de la motocicleta, que presentaba síntomas de ir bajo los efectos del alcohol, ha sido trasladado al hospital Puerta del Mar, donde se le están haciendo pruebas. Según ha dado a conocer el Ayuntamiento de Cádiz, no presenta gravedad ni peligra su vida.
La Policía Local no pudo hacerle la prueba de alcoholemia en el momento ya que el herido tenía dificultad para soplar, por lo que ya en el hospital se le realizaría la prueba en sangre.
¿Qué peligros tiene el conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas?
El conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas es una de las principales causas de accidentes de tráfico. Las sustancias psicoactivas pueden alterar las capacidades cognitivas y físicas necesarias para conducir de forma segura, aumentando el riesgo de sufrir un accidente o causar lesiones graves a otras personas.
Los principales peligros de conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas son los siguientes:
- Reducción de la capacidad de reacción: Las sustancias psicoactivas pueden ralentizar la capacidad del conductor para reaccionar a los estímulos externos, como otros vehículos, peatones o señales de tráfico. Esto aumenta el riesgo de sufrir un accidente, ya que el conductor puede no tener tiempo de evitar una colisión.
- Alteración de la percepción: Las sustancias psicoactivas pueden distorsionar la percepción del conductor, dificultando que vea correctamente la carretera y los demás vehículos. Esto también aumenta el riesgo de sufrir un accidente.
- Disminución de la coordinación: Las sustancias psicoactivas pueden afectar la coordinación motora del conductor, dificultando que controle el vehículo de forma segura. Esto puede provocar movimientos bruscos o incontrolados, aumentando el riesgo de sufrir un accidente.
- Pérdida de la concentración: Las sustancias psicoactivas pueden dificultar que el conductor se concentre en la conducción, aumentando el riesgo de cometer errores.
- Aumento de la agresividad: Algunas sustancias psicoactivas, como la cocaína o la metanfetamina, pueden aumentar la agresividad del conductor, lo que puede provocar comportamientos peligrosos en la carretera.
Además de los peligros inmediatos para la seguridad vial, conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas también puede tener consecuencias legales graves. En España, conducir bajo la influencia de las drogas está tipificado como delito, con penas de prisión de 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses, y trabajos en beneficios de la comunidad de 30 a 90 días. También puede privar el derecho a conducir de 1 a 4 años.