Parece que Cádiz está de nuevo moda en Madrid, y en muy poco tiempo han aparecido varias noticias en las que el medio en cuestión asegura desentrañar la esencia de lo que es ser de Cádiz.
Una de las últimas es que, al parecer, un listado de palabras seleccionadas cuidadosamente puede determinar si eres “más gaditano que las chirigotas”, casi tanto como “Camarón”, que como todo el mundo sabe era de Cádiz y no “de la Isla”.
Es un fenómeno fascinante y digno de análisis cómo en Madrid parecen estar redescubriendo Cádiz, incluso reinterpretándolo. Porque, mientras la gente de Cádiz siguen con su vida entre echando horas y horas en el trabajo (o buscándolo), ahora parece que basta decir “antié” o “aguatapá” para ser más de Cádiz que Moret. La cosa promete, y seguro que pronto algún medio de Madrid nos vuelve a sorprender con otro análisis gaditano desde su particular periferia, abordando otras expresiones del “Cadi Cadi Cadi” o, para darles ideas, del “Cadi Cadi”. Seguiros todo con atención.
Pero lo cierto es que en las últimas semanas, Cádiz ha acaparado la atención de los redactores de medios nacionales. No solo han querido definir qué palabras te convierten en gaditano, sino también aclararnos que el teatro romano más antiguo de España no está en Cádiz sino en Mérida. Otra revelación que, para quienes viven la historia de la ciudad, parece un tanto redundante, pero siempre es útil recordar que Cádiz, al parecer, necesita de estas puntualizaciones para que nadie se confunda sobre su historia. ¿Quizás La Razón ha descubierto que Cádiz es una tierra antigua y digna de exploración?
La cosa va de chirigotas y tortillas de camarones
La pieza central de esta propuesta es la lista de expresiones que, según el artículo de La Razón, podrían hacerte “más gaditano que las chirigotas”. Es ahí donde encontramos esa perla de asegurar que eres “más de Cádiz que Camarón”, ignorando convenientemente que Camarón, icono flamenco, era en realidad de San Fernando. Esta confusión entre Cádiz y La Isla de San Fernando resulta tan curiosa casi como atribuirle a La Caleta el título de playa almeriense. O el ya clásico “San Lucas de Barrameda” (o San Lúcar) de los rótulos televisivos.
Pero en un intento de simplificar, tal vez parezca cómodo, aunque en Cádiz, donde la distinción entre localidades es parte del ADN, esta declaración suena algo desubicada. En Madrid, como allí parece que son y tienen todo (hasta la cuna del flamenco) pues parece que desde Trebujena hasta Sotogrande todo es el mismo Cádiz.
Y el contenido del listado de palabras tampoco se queda atrás en lo que a definiciones peculiares se refiere. Nos encontramos con vocablos como “borricate” o “berza”, que, si bien se usan en ciertos puntos de la provincia, difícilmente pasarían el filtro en pleno Cadi Cadi. Ni hablar de “furufo”, que en realidad tiene un uso bastante difuso en el imaginario gaditano, y que más bien es una rareza escuchada en contextos variados. Si el objetivo era conseguir una especie de pasaporte lingüístico gaditano, este intento se queda algo corto y más próximo a una guía para turistas curiosos.
Por otra parte, aparece “achicar”, palabra que en Cádiz se utiliza principalmente para referirse a la acción de achicar agua tan asociada al mundo marinero, y, en algunos momentos, como sinónimo de “beber”. Sin embargo, hay que decir que, si lo que pretendían era encontrar expresiones para un auténtico tour por el dialecto gaditano, habría sido prudente incluir la palabra “aguatapá”, otro término que alude a cierta capacidad etílica, y que habría enriquecido notablemente el listado para quienes desean sumergirse en el léxico festivo de Cádiz.
Entre “Antié” y “Cebadura”
La Razón también nos sorprende con palabras como “antié”, término que, aunque bien conocido en algunas regiones andaluzas, es de uso menos frecuente en la vida diaria del gaditano. “Antié” podría colarse entre una conversación en la calle Plocia, pero no garantiza, ni mucho menos, un puesto en las palabras esenciales para hablar como un gaditano.
Pero la lista no se detiene aquí. También se incluye “cebadura” como una de esas palabras “gaditanas”, pese a que su uso se extiende por Andalucía en general, y no es precisamente un símbolo de identidad gaditana. ¿Es uno de Cádiz si no usa “cebadura”? ¿Quién sabe? Pero lo cierto es que al revisar este compendio de palabras queda la sensación de que, más que acercarse al Cádiz auténtico, el artículo de La Razón se asemeja a una postal del Cádiz que desean imaginar.