Me resultaba ayer curioso como un buen número de amigos y conocidos me escribían por redes sociales indicándome que habían visto en televisión el «tema del ‘Pozo de Kola’ en la Unión Soviética» y de como se había grabado los llamados sonidos «del infierno». Mi sorpresa fue mayúscula dado que es un tema conocido y del que se tiene toda la historia registrada.
Pero vayamos por partes pues habría que decir que la leyenda cuenta como un grupo de científicos que se encontraba trabajando, en los años 80, en un proyecto de perforación terrestre en la Unión Soviética, encontraron algo que les llenaría de espanto. A cierta profundidad decidieron realizar una grabación de audio y registraron extraños sonidos que, analizados por expertos -según decía aquella información- resultaron ser gritos y lamentos de personas que estarían «en el infierno».
El comienzo del «mito» y su auténtica realidad
La repercusión que tuvo fue inmediato y se comenzó a saber de este «Pozo de Kola» en todo el planeta aunque, principalmente, en Estados Unidos como exportador de este nuevo misterio. El origen estuvo en un artículo publicado en el diario «Ammennusatia» en el que se explicaba la cancelación del proyecto en el pozo de la Unión Soviética cuando se encontraba a unos 14,4 kilómetros de profundidad debido a que el taladro comenzó a girar a mayor velocidad de lo normal y que estaba en alguna gruta o curva. Debido a ello ya la temperatura, de unos 1000º C.
Entonces fue cuando bajaron ese micrófono que tenía como misión grabar el sonido del movimiento de las placas tectónicas de la Tierra. Fue cuando surgió el llamado «Sonido del Infierno» y que la publicación no dudaba de su veracidad y que, según contaba, hizo huir a los científicos del lugar pues habrían descubierto una entrada al «infierno». Así el director de la excavación era el doctor Azzacov que manifestaba, en el artículo, lo siguiente:
«Tratamos de escuchar los movimientos a cierto intervalo con unos micrófonos ultra sensitivos, los cuales dejamos entrar en el agujero. Lo que escuchamos, convirtió nuestra lógica científica en ruinas. Eran, en momentos, unos sonidos débiles, pero a la vez, altos en frecuencia, los cuales pensamos que venían de nuestro propio equipo […] Pero después de algunos ajustes, comprendimos que en verdad el sonido venia del interior de la tierra. Apenas podíamos creer lo que nuestros oídos escuchaban. Escuchamos voces humanas, gritando con gran dolor. A pesar de que una voz era perceptible, pudimos escuchar miles, tal vez millones de almas gritando en sufrimiento. Después de este impactante descubrimiento, la mitad de los científicos renunciaron al proyecto por el temor de haber desatado los poderes malignos del infierno. Esperamos que lo que este allá abajo, allá se quede».
“Como comunista, no creo en el cielo ni en la Biblia, pero como científico, ahora creo en el infierno, Es innecesario decir que fue algo impactante al haber hecho este descubrimiento. Pero sabemos lo que vimos y lo que escuchamos. Y ahora estamos convencidos que taladramos las puertas del infierno”. El Dr. Azzacov continuo diciendo “el taladro repentinamente empezó a dar vueltas descabelladamente indicando que habíamos alcanzado una gran caverna. Los sensores de la temperatura mostraron un dramático incremento. Bajamos un micrófono, diseñado para detectar los sonidos de las placas en movimiento. Pero en lugar de escuchar las placas en movimiento escuchamos voces humanas gritando de dolor”.
Pero hay más pues en lo fantasioso de la narración se decía que: «además de las voces grabadas, fue la aparición en esa misma noche, de un gas luminoso que se disparo desde el centro de la tierra, en medio de una columna de humo incandescente. Del agujero que se había hecho, emergió un ser con alas como de murciélago, quien grito en idioma ruso: “Yo he vencido,” para después volar hacia el oscuro cielo de Siberia» con lo que el relato se torna delirante y casi de película de ciencia ficción a estas alturas.
El relato prosigue: «Mas tarde, esa noche, el miro un grupo de ambulancias circulando en la comunidad. Un conductor que él conocía, le dijo que se les había ordenado que se sedaran a todos los que estuvieron presentes con un medicamento para borrar su memoria de corto plazo. Los rusos utilizan esta droga para tratar a las víctimas que han sufrido un shock«.
¿Qué hay de realidad en la historia del «Pozo de Kola»?
Sin miedo a equivocarme: de real no tiene nada. Si es cierto que se mezclan verdades y mentiras. La extinta Unión Soviética desarrolló un proyecto para realizar perforaciones en la corteza terrestre, uno de ellos era el «Pozo Superprofundo de Kola» o KSDB en 1970 y con el objetivo de llegar a los 15 kilómetros de profundidad. Se alcanzó los 12262 metros con temperaturas de 180ºC e hizo que el programa se cancelara debido a que no se tenía tecnología para seguir profundizando ni trabajar a más temperatura de perforación.
El invento vino de un sector religioso radical de Finlandia con mucho eco, posteriormente, en Estados Unidos en el que con la grabación pretendía demostrar la existencia del infierno y servir de ejemplo a los fieles, que fueran temerosos. Esto tuvo una repercusión inmediata en estos sectores exportándose a otros puntos del mundo y que tuvo su máximo apogeo con la llegada de internet y redes sociales que obviaron contar este último matiz que descubría el fraude de la grabación.
La revista finlandesa era cristiana radical y se transmitió de boca en boca lo que decía dando origen a cartas a misioneros donde se hablaba de ello y cintas de casete para poner a la feligresía, es la historia de un bulo, de una mentira que ha tenido muchos seguidores en estos años más crédulos a la ficción que a la realidad.
Las voces provenían de un trabajo de edición sobre un disco de efectos de la BBC llamado «Sound Effects vol.21 – More Death and Horror».
Por último y como dato curioso en español, si invierte el nombre del doctor Azzacov descubrirá que es Vocazza. ¿Casualidad?