Son muchas las personas que aprendieron en el colegio que Plutón era un planeta más de los que forman nuestro Sistema Solar, así estaba dispuesto de 1930 hasta que en 2006 ese concepto cambió y pasó a ser planetoide o planeta enano.
Todo se debió al descubrimiento, en 2006, de un astro llamado Eris y la Unión Astronómica Internacional (UAI) reconsideró las definiciones y Plutón quedó «degradado».
Así este «planeta enano» es denominado así por ser más pequeño que la luna aunque tiene su propio satélite que es Caronte. Eris por su parte era más pesado que Plutón pero estaba más alejado y ello también llevó a hacer pensar que podría ser el décimo planeta de nuestro Sistema Solar o el primero de otros cuerpos similares en el mismo, como el mismo Ceres, Makemake o Haumea.
David Barrado, del Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Investigación Aeroespacial (CAB-INTA-CSIC), explicaba: «Para que un planeta sea un planeta tiene que orbitar alrededor del sol, tener masa suficiente para que su gravedad determine su forma, y tiene que dominar su entorno. «En realidad, la clave de la diferencia está en cómo se han formado», refiriéndose a la formación de Plutón y que no es el cuerpo dominante de su entorno.
La sonda de la NASA New Horizons exploró el planeta enano: «La información que estamos recibiendo, porque aún están llegando datos nuevos todo el tiempo, es riquísimas y valiosísima y no solo sobre el propio Plutón, sino sobre toda clase de procesos muy antiguos. La Unión Astronómica Internacional la forman astrónomos profesionales y no tiene una jerarquía definida. Las decisiones se toman por especialistas en la materia, en grandes asambleas y de abajo hacia arriba».
Recientemente se ha descubierto que el enano planeta de Plutón emite rayos x y este asunto ha levantado muchas suspicacias entre los astronomos e investigadores.