Descubren el calendario solar más antiguo del mundo en el enigmático Göbekli Tepe

El impacto del cometa podría haber desencadenado una nueva religión o culto, centrado en la observación del cielo y el culto a los cuerpos celestes

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Restos del monumento de Gobekli Tepe.
Yacimiento arqueológico de Gobekli Tepe.

En el sureste de Turquía, se encuentra Göbekli Tepe, un antiguo complejo arqueológico que desafía nuestras percepciones sobre las capacidades de las sociedades prehistóricas. Este enigmático lugar, con sus pilares monolíticos adornados con intrincadas tallas, ha revelado un secreto que podría reescribir la historia de la astronomía y la civilización: el calendario solar más antiguo del mundo.

Un equipo de investigadores ha desentrañado un código oculto en las marcas talladas en estos pilares. Estas marcas, en forma de V, no son simples adornos, sino que representan días individuales en un calendario solar de 365 días. Al analizar la distribución y secuencia de estas V, los científicos han logrado reconstruir un calendario que abarca un año completo, dividido en 12 meses lunares y 11 días adicionales.

Pero Göbekli Tepe no es sólo un calendario; es un monumento a un evento cósmico trascendental. Los investigadores sugieren que las tallas registran el impacto de un enjambre de cometas en la Tierra hace aproximadamente 13.000 años. Este cataclismo habría desencadenado cambios climáticos drásticos y una extinción masiva, marcando un antes y un después en la historia de la humanidad.

El solsticio de verano, un momento crucial en el ciclo anual, se encuentra representado de manera especial en las tallas. Una figura con forma de pájaro, que se cree que representa una constelación, adorna muchas de las V que marcan este día. Esto sugiere que los antiguos habitantes de Göbekli Tepe observaban atentamente los movimientos del sol y las estrellas, y otorgaban un significado especial a ciertos eventos astronómicos.

Este descubrimiento revolucionario nos obliga a replantearnos nuestras ideas sobre las capacidades cognitivas de las sociedades prehistóricas. Los creadores de Göbekli Tepe no solo eran cazadores-recolectores, sino que poseían conocimientos avanzados de astronomía y matemáticas, capaces de desarrollar un calendario solar sofisticado y registrar eventos cósmicos de gran magnitud.

El calendario de Göbekli Tepe nos ofrece una ventana al pasado, permitiéndonos vislumbrar la mente de nuestros antepasados y comprender cómo se relacionaban con el mundo natural. Este descubrimiento no solo es un hito en la arqueología, sino que también plantea nuevas preguntas sobre el origen de la civilización y la naturaleza de la conciencia humana.

Göbekli Tepe nos revela una historia fascinante sobre la capacidad de los seres humanos para observar, comprender y registrar los ritmos del universo. Este antiguo calendario solar es un testimonio del ingenio y la curiosidad de nuestros antepasados, y nos invita a seguir explorando los misterios de nuestro pasado.

Un cataclismo cósmico y el nacimiento de la civilización

Las marcas talladas en los pilares de Göbekli Tepe, un antiguo templo en Turquía, revelan un relato cósmico que podría haber dado forma al curso de la civilización humana. Según una nueva investigación, estos símbolos no son simples ornamentos, sino un sofisticado calendario solar que registra un evento catastrófico: el impacto de un cometa hace aproximadamente 13.000 años.

Este evento cósmico, según los científicos, desencadenó una mini edad de hielo que duró más de un milenio, causando la extinción de numerosas especies y obligando a las poblaciones humanas a adaptarse a un clima más frío y hostil. Sin embargo, este cataclismo también pudo haber sido el catalizador para el desarrollo de la civilización. La necesidad de sobrevivir en un mundo cambiado podría haber impulsado a los humanos a desarrollar nuevas tecnologías y formas de organización social.

Los investigadores sugieren que las tallas de Göbekli Tepe no solo registran el impacto del cometa, sino también las consecuencias a largo plazo. El calendario solar, con sus 12 meses lunares y 11 días adicionales, permitiría a las comunidades agrícolas predecir los ciclos estacionales y adaptar sus actividades a las nuevas condiciones climáticas. Además, las tallas parecen indicar que los antiguos habitantes de Göbekli Tepe eran capaces de rastrear la trayectoria de las lluvias de meteoros, lo que sugiere un conocimiento avanzado de astronomía.

El descubrimiento de este calendario solar tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de la historia humana. Demuestra que las sociedades prehistóricas eran mucho más sofisticadas de lo que se pensaba anteriormente. Los habitantes de Göbekli Tepe no solo eran cazadores-recolectores, sino que también eran astrónomos, ingenieros y teólogos.

El impacto del cometa podría haber desencadenado una nueva religión o culto, centrado en la observación del cielo y el culto a los cuerpos celestes. Este nuevo sistema de creencias podría haber proporcionado un marco unificador para las comunidades humanas, facilitando la cooperación y el intercambio de conocimientos.

Las marcas talladas en los pilares de Göbekli Tepe nos ofrecen una ventana al pasado, permitiéndonos vislumbrar un momento crucial en la historia de la humanidad. Este descubrimiento desafía nuestras nociones preconcebidas sobre la evolución de la civilización y sugiere que los eventos cósmicos pueden haber desempeñado un papel fundamental en la formación de nuestras sociedades.