En el corazón, en núcleo, de la Iglesia Católica, existen numerosos movimientos y grupos que buscan vivir y promover la fe de maneras diversas. Dos de estos movimientos, el Opus Dei y los Kikos, han ganado reconocimiento y suscitan interés debido a sus enfoques y prácticas únicas.
Aunque ambos comparten la misma fe católica, presentan diferencias significativas en cuanto a su historia, carisma, estructura y enfoque pastoral. Analizamos las características distintivas de estos dos movimientos, teniendo como fin el entender mejor su contribución al panorama católico contemporáneo.
Opus Dei
El Opus Dei, se llama, realmente, Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, siendo fundado por San Josemaría Escrivá de Balaguer en el año 1928 en España.
El Opus Dei se define a sí mismo como una institución de la Iglesia Católica que busca promover la llamada universal a la santidad y la vocación al apostolado de los laicos. Su enseñanza se centra en la idea de que todos los cristianos están o serán llamados a buscar la santidad en su vida cotidiana, en medio del mundo, todo ello vía trabajo y sus actividades ordinarias. El Opus Dei también enfatiza la importancia del trabajo y la dignidad de todas las ocupaciones, ya sean profesionales, domésticas o artísticas, como lugares de encuentro con Dios.
Por otro lado, los Kikos, cuyo nombre oficial es el Camino Neocatecumenal, son un movimiento fundado por Francisco Argüello (Kiko) y Carmen Hernández, lo fundaron en España a finales de los años 60 del siglo XX.
¿Qué son los Kikos?
El Camino Neocatecumenal tiene como objetivo principal la formación cristiana de adultos a través de un itinerario catequético que busca profundizar en la fe católica y en la experiencia del misterio de Dios.
Este movimiento se encuentra más centrado la formación de comunidades parroquiales, conocidas como «comunidades neocatecumenales», que buscan la vida en una fe más comprometida y poder celebrar la liturgia de una manera particular, con énfasis en la participación activa de los laicos y una redescubrimiento de las raíces judías de la fe cristiana.
En cuanto a la estructura y la organización, el Opus Dei cabe decir que es trata de una prelatura personal de la Iglesia Católica, esto es igual a decir que tiene un gobierno propio y es autónomo en gran medida, aunque está en dependencia y connivencia con el Papa y los obispos diocesanos.
Los miembros o adeptos del Opus Dei, llamados «numerarios», también «agregados» o los menos –en un ranking en el que encuentran la “cúspide” de poder dentro de la misma- los «supernumerarios», viven su compromiso con el Opus Dei en medio del mundo, ya sea como laicos o como sacerdotes incardinados en sus respectivas diócesis.
La prelatura también cuenta con centros de formación y casas, residencias y otros puntos de vivienda donde sus miembros pueden desarrollar la vida en comunidad y recibir orientación espiritual.
El Opus Dei también está presente en numerosos países alrededor del mundo, tienen numerosas actividades pastorales y también educativas que incluyen centros de estudios, colegios, universidades y programas de formación para jóvenes y adultos.
Por su parte, el Camino Neocatecumenal no es una prelatura, se le considera como un «itinerario de formación católica» que tiene su realidad en la colaboración con los obispos diocesanos.
Las comunidades neocatecumenales, formadas por familias y solteros, se reúnen regularmente para la oración, la catequesis y la celebración de lo que es la misa, la liturgia, con un enorme y sentido énfasis particular en la liturgia eucarística dominical.
El Camino Neocatecumenal ha sido conocido por su enfoque único y destacado en la evangelización y la formación en la fe de adultos, igualmente en el énfasis en la música y las celebraciones litúrgicas que reflejan sus raíces judías.
Ambas, Opus Dei y Kikos, no están exentas de polémicas y escándalos a lo largo de estos años, en muchos casos se les ha tildado de sectas católicas.
La religión del Opus Dei
En cuanto al carisma y la espiritualidad, el Opus Dei se enfoca en la santificación del trabajo y en la idea de que cada actividad ordinaria puede convertirse en ocasión de encuentro con Dios.
Los miembros del Opus Dei buscan vivir la santidad en medio del mundo, a través de su compromiso con su trabajo y su vida familiar, y a través de una vida de oración y sacramentos.
El Opus Dei también ha enfatizado la importancia de la formación intelectual y la búsqueda de la excelencia en todas facetas que hay en la vida, al igual que la fidelidad a la doctrina y la autoridad de la Iglesia.
No obstante, los más críticos, argumentan que la religión del Opus Dei es conseguir poder dentro del Vaticano.
Por otro lado, el Camino Neocatecumenal pone un fuerte énfasis en la conversión personal y en el redescubrimiento de la fe a través de un proceso de formación intensivo que incluye catequesis, celebraciones litúrgicas especiales y una vida comunitaria centrada en la Palabra de Dios.
Los miembros de los Kikos, del Camino Neocatecumenal, prefieren a vivir en comunidades voluntaria e intencionalmente pues es donde comparten la vida, la fe y el apostolado, y buscan vivir una forma de vida sencilla y evangélica.
La música y la liturgia ocupan un lugar central en la espiritualidad de los Kikos, así como las celebraciones litúrgicas suelen ser conocidas por su estilo distintivo y participativo.
En el apartado de su influencia y el alcance, el Opus Dei tiene un amplio impacto en todo lo que es la vida de la Iglesia Católica, particularmente a través de su énfasis en la llamada universal a la santidad y en la formación de laicos comprometidos en áreas profesionales y sociales diversas. Se encuentran muy dentro del corazón del Vaticano en diferentes estructuras.
El Opus Dei ha sido conocido por su influencia en el mundo académico, empresarial y político, así como por su énfasis en la formación de jóvenes a través de sus actividades educativas y pastorales.
Por su parte, el Camino Neocatecumenal, los Kikos, ha tenido un impacto notable en la renovación espiritual de muchas parroquias y comunidades alrededor del mundo, particularmente a través de su énfasis en la formación en la fe de adultos y en la celebración de todo lo que es la liturgia.
Las comunidades neocatecumenales han sido conocidas por su compromiso misionero, enviando familias y grupos de laicos a áreas de misión y también destacando la importante evangelización en diferentes zonas del mundo.
A pesar de estas diferencias, tanto el Opus Dei como los Kikos, el Camino Neocatecumenal, tienen y comparten un compromiso con el mundo y con la evangelización y la promoción de la fe católica en el mundo contemporáneo. Ambos movimientos han buscado responder a los desafíos y las necesidades de la Iglesia y la sociedad actuales, cada uno a su manera particular, y han atraído a numerosos seguidores que buscan vivir su fe de manera más auténtica y comprometida.
El Opus Dei y el Camino Neocatecumenal representan dos movimientos católicos distintivos que han tenido un impacto significativo en la vida de la Iglesia.
A pesar de sus diferencias en cuanto a la estructura, carisma, polémica, espiritualidad e influencia, ambos movimientos comparten un compromiso con la vivencia auténtica de la fe católica en medio del mundo y han inspirado a muchos devotos y fieles a vivir una vida de santidad y compromiso apostólico.
Su presencia al igual que su labor continúa siendo destacadas y relevantes en el panorama católico contemporáneo, enriqueciendo la diversidad y la vitalidad de la Iglesia en todo el orbe cristiano del mundo.