Las devastadoras consecuencias de la DANA en la Comunidad Valenciana trascienden los daños materiales. El agua estancada, la contaminación y la proliferación de vectores han creado un caldo de cultivo ideal para la aparición de enfermedades infecciosas.
La acumulación de agua en zonas inundadas convierte a estas en criaderos perfectos para mosquitos, como el temido mosquito tigre, vector de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya. Según Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, «la presencia de agua estancada, sumada a las altas temperaturas, favorece la proliferación exponencial de estos insectos, incrementando significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades».
Además de los mosquitos, otros patógenos encuentran en el agua contaminada un medio ideal para sobrevivir y multiplicarse. Bacterias como Escherichia coli, Salmonella, Shigella y virus como el de la hepatitis A y E pueden contaminar el agua y los alimentos, provocando enfermedades gastrointestinales.
Riesgos para la salud en las labores de limpieza
Las labores de limpieza y recuperación tras una inundación exponen a las personas a una serie de riesgos para la salud. El contacto con aguas contaminadas, el barro y los escombros puede provocar heridas y facilitar la entrada de bacterias en el organismo. Además, la inhalación de moho y otros alérgenos presentes en ambientes húmedos puede desencadenar reacciones alérgicas y problemas respiratorios.
«La exposición a aguas contaminadas puede provocar infecciones cutáneas, gastrointestinales y respiratorias», advierte Rivas. «Es fundamental protegerse adecuadamente durante las labores de limpieza, utilizando guantes, botas y mascarillas».
Enfermedades a largo plazo
Los riesgos para la salud no se limitan a las primeras semanas tras la inundación. A largo plazo, pueden surgir problemas de salud relacionados con la exposición a sustancias tóxicas presentes en el agua y el suelo contaminados. Además, la humedad y el moho pueden causar problemas respiratorios crónicos en algunas personas.
Para prevenir la propagación de enfermedades, es fundamental adoptar medidas de higiene adecuadas, como lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto con aguas contaminadas y utilizar repelentes de insectos. Asimismo, es crucial que las autoridades sanitarias implementen programas de vigilancia epidemiológica y control de vectores para detectar y contener posibles brotes epidémicos.
La limpieza y desinfección de las zonas afectadas, así como la eliminación adecuada de los residuos, son también medidas esenciales para reducir los riesgos para la salud.
Riesgos para la salud y medidas preventivas
Las principales vías de transmisión de enfermedades tras una inundación son el contacto directo con agua contaminada, la inhalación de esporas de hongos y la ingestión de alimentos contaminados. Entre los patógenos más comunes se encuentran bacterias como Escherichia coli, Salmonella y Aeromonas hydrophila, virus como el de la hepatitis A y E, y hongos como Aspergillus.
El agua estancada es un caldo de cultivo ideal para mosquitos, como el mosquito tigre, que pueden transmitir enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya. Además, la humedad y la presencia de materia orgánica en descomposición favorecen el crecimiento de hongos en el ambiente, lo que puede provocar infecciones respiratorias, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Para minimizar los riesgos para la salud, es fundamental adoptar una serie de medidas preventivas:
1º.- Evitar el contacto con agua y barro contaminados: Utilizar guantes, botas y ropa protectora al realizar tareas de limpieza.
2º.- Cubrir las heridas con vendajes impermeables y limpiarlas inmediatamente con agua y jabón.
3.- Limpiar y desinfectar todas las superficies que hayan estado en contacto con el agua de la inundación.
4º.- Utilizar agua y jabón para lavarse las manos después de entrar en contacto con agua o barro contaminados.
5º.- Estar al día con las vacunas, especialmente la del tétanos.
6º.- Desechar los alimentos que hayan estado en contacto con el agua de la inundación y hervir el agua antes de consumirla.
7º.- Ventilar las casas y los edificios para reducir la humedad y la concentración de esporas de hongos.
Las autoridades sanitarias deben implementar sistemas de vigilancia epidemiológica para detectar tempranamente posibles brotes de enfermedades infecciosas y tomar las medidas necesarias para controlarlos. Además, es fundamental informar a la población sobre los riesgos para la salud y las medidas preventivas a adoptar.