Un fenómeno nuevo viene a sumarse a la moda de viajar a Turquía para realizarse implantes de cabello y es el llamado «Turkey Teeth», o lo que es lo mismo «la sonrisa perfecta» en operaciones dentales exprés pero, ¿es seguro?
Los milagros imposibles de la «Medicina» de Turquía
Se tratan de tratamientos dentales ultrarápidos que se hacen en Turquía y que son poco recomendables, se consideran peligrosos y poco profesionales. De hecho hay numerosos casos de personas que han quedado muy insatisfechas de su operación dental y que tras realizar un viaje a tierras turcas y regresar a España se encuentran, a los pocos días, un auténtico desaguisado dental.
Aunque es muy recomendado en redes sociales donde se venden mundos quiméricos y donde todo es muy «flow», aunque la realidad es bien diferente.
Dentistas que en España no podrían operar, tratamientos equivocados, malos profesionales -suicidas- y un sin fin de «taras» más que hacen que un viaje para cuidar la estética se convierta en una pesadilla y un problema para la salud y el bolsillo. Muchos de ellos en consultas fantasmas y donde «denunciar» es casi una utopía.
Se trata de tener una sonrisa blanca y alineada, perfecta, de cine, pero es, por contra algo que, siendo tendencia, resulta muy poco sana y recomendable. Óscar Castro del Consejo de Dentistas indicaba sobre todo ello que: «Cientos de personas que han viajado a Turquía para embellecer su sonrisa han sufrido graves complicaciones y auténticos destrozos en sus bocas».
La Asociación Dental Británica (BDA) indicó que de 1000 dentistas encuestados más de la mitad (567) tuvieron que atender a pacientes que regresaron de Turquía aquejados de infecciones, abscesos y dificultades para masticar, amén de las estafas.
Malos profesionales, suicidas
Con las carillas hay más estafas: “las carillas son pequeñas láminas de un grosor de entre 0,8 y 1,5 milímetros que se colocan sobre la superficie frontal de los dientes. La ventaja de este tratamiento es que el tallado de los dientes es mínimo o innecesario”. Por el contrario, las coronas dentales requieren “un tallado del diente mucho mayor, de unos dos milímetros (el 60 por ciento del diente), ya que la funda debe cubrir el diente por completo, pues su función es restauradora y no solo estética, como es el caso de las carillas. Este tratamiento siempre requiere anestesia local” indica Castro a Redacción Médica.
Los tratamientos y operaciones «deben ser realizados por un dentista cualificado y en una clínica que cumpla con todos los requisitos sanitarios y legales. “Antes de someterse a cualquier intervención es muy importante que el dentista realice un diagnóstico y un plan de tratamiento personalizado, nos explique detalladamente en qué consiste y que haga un seguimiento para comprobar que todo evoluciona correctamente. Además, si surge algún contratiempo por la financiación o por una mala praxis tendrán que iniciar un procedimiento legal en un país extranjero, donde la normativa sanitaria, aseguradora y de responsabilidad civil es diferente a la española”.
«La tendencia TurkeyTeeth supone un grave riesgo para la salud de la población, especialmente para los jóvenes, que son quienes más siguen las redes sociales. Estamos viendo que en Reino Unido está habiendo muchos afectados, y esperamos que esta práctica no se extienda en España. Un tratamiento mal hecho puede causar daños en el nervio dental, dolor, infección, abscesos, pulpitis e incluso la pérdida del diente. En los últimos años se está considerando la salud bucodental como un bien de consumo más, haciendo creer a la población que es una cuestión meramente estética, cuando realmente no es así. Tener una boca sana es básico para para disfrutar de una buena salud general y de una calidad de vida óptima” finaliza.
Es una práctica que hay que dar a conocer y denunciar por el bien de su salud y de su bolsillo.