En estos días de Eurocopas que todo son onces iniciales, equipos de fútbol, partidos, goles y más onces… hay quienes sacan hueco para disfrutar de la gastronomía de cualquier rinconcito, de cualquier sitio especial. Y en eso, la provincia de Cádiz tiene seis eurocopas y ocho mundiales.
Así que con tanto fútbol, es difícil leer una recomendación de National Geographic en la que recomienda once municipios de la provincia de Cádiz para comer que no sea entendida como un once ideal gastronómico.
Así que, en el terreno de la gastronomía gaditana, la afamada revista de viajes ha alineado su propio once ideal de localidades donde mejor se come en la provincia de Cádiz, un paralelismo traído al pelo en estos días. Conoce el once ideal para comer en la provincia de la conocida publicacióa.
Vejer de la Frontera
La revista arranca fuerte este repaso y lo hace hablando de “la vaca retinta como protagonista”, y citando al asador La Castillería que “ha construido un merecido prestigio carnívoro convirtiéndose en una de las mejores parrillas de carne (aunque también sirven pescado) de toda España”.
El Bosque
Define a El Bosque como un “paraíso natural” y habla del queso, la miel y los embutidos como “los tres gastronómicos pilares de su gastronomía”. Dice que es “imprescindible llenar el maletero de morcones, chorizos o la singular morcilla blanca”.
Medina Sidonia
Medina Sidonia la asocia inmediatamente con su alfajor, que define como “enrollado bocado navideño que hunde sus raíces en la repostería árabe”. Pero National Geographic tira de cuchareo para hablar de “locales como Venta La Duquesa, un encantador restaurante donde la caza lleva la voz cantante y donde resulta también imprescindible probar el clásico arroz con conejo”.
Chipiona
Chipiona juega con las galeras y el vino moscatel, una combinación que se describe como un éxtasis culinario. “Las galeras de Chipiona son una bendición” señala antes de comentar que “es el destino predilecto para los que quieran enamorarse del vino moscatel”. También recomienda fritos locales en Casa Paco o El Quinto Pino.
Zahara de los Atunes
De Zahara de los Atunes la revista destaca que “pocos apellidos pueden estar mejor puestos”. Con este producto destaca un clásico, el atún con tomate, y señala el restaurantes como “Manuela y Manuel, un clásico infalible al que acercarse durante la temporada atunera”.
Trebujena
Trebujena la une al mosto y a la Fiesta del Mosto, para explicar que “para los gaditanos, el auténtico mosto es el primer paso antes de convertirse en los vinos generosos que han dado fama mundial a la zona”. “Una fiesta única que, para alternar en la mesa, merece la pena disfrutar con un plato cargado de sorna: los garbanzos como conejo, un guiso de legumbres donde el conejo, fiel a esa ironía gaditana, brilla por su ausencia”.
Setenil de las Bodegas
Setenil de las Bodegas ofrece la sopa cortijera, un plato típico aclamado en la Venta Mirabueno. “Una auténtica alegría de la huerta que se estila en las casas y que hace de los huevos, los trigueros y las hortalizas los protagonistas de esta sustanciosa y humilde sopa que se engrosa con el clásico pan de telera”, sentencia la publicación.
Alcalá del Valle
La revista destaca los platos de espárrago, un producto que no se asocia a Cádiz inmediatamente. Sin embargo, afirma que “en pueblos como Alcalá del Valle –y en todo el interior gaditano– la primavera viene cargada de espárragos silvestres y de trigueros, que en restaurantes como el sorprendente Mesón Sabor Andaluz son imprescindibles”.
Alcalá de los Gazules
National Geographic se rinde al culto por la berza en este municipio. “Pocas cocinas rinden tanto tributo a las berzas en España como la gaditana” y afirma que, en Alcalá de los Gazules, “la berza de coles, aunque suene redundante, es un plato de ley, que comparte telón con la caza y los gazpachos calientes, tanto en los restaurantes como en las cartas”.
Paterna de Rivera
El chicharrón de Paterna es para la revista, otro nivel. “Aunque el chicharrón tiene dos vidas en la cocina gaditana –y las dos imprescindibles–, el que se estila en Paterna de Rivera es el de haber elevado a arte el de este fiambre que, tras un generoso adobo de pimentón, sal y pimienta, se prensa y se disfruta finamente laminado, con un buen pan, y unas gotas de limón recién exprimido”. De igual manera, aconseja no dejar pasar una visita a Sabores de Paterna, “es casi una falta grave”.
Jimena de la Frontera
Jimena de la Frontera completaría este once con su repostería. “El piñonate no entiende de edades”, afirma del “postre casero por antonomasia, que parte de singular masa de huevo y harina, que luego se convierte en largos bastones que se dejan acariciar, tras ser fritos, por una cobertura de miel y especias hasta que enfría”.