El servicio de Emergencias 112 de Andalucía en Cádiz, gestionado por la empresa Ilunion Emergencias, ha iniciado la pasada medianoche una huelga indefinida desde este 6 de diciembre, tras no alcanzar un acuerdo en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla).
La convocatoria de la huelga fue anunciada días antes como respuesta al deterioro de las condiciones laborales y la gestión operativa del servicio, que los trabajadores consideran insostenibles. Según el comité de huelga, este paro indefinido es “la única medida posible para reclamar un cambio real y garantizar la dignidad laboral y la calidad del servicio ofrecido a la ciudadanía”.
El comité de huelga ha señalado que la situación actual es resultado de años de precariedad laboral, falta de personal y un abandono continuado por parte de las autoridades responsables. “Estamos lidiando con una combinación de precariedad laboral, falta de personal y un abandono absoluto por parte de las autoridades responsables”, declaran desde el comité.
Entre los problemas más graves, denuncian que en algunos turnos clave el personal ha sido reducido de tres trabajadores a solo dos, una carga insuficiente para gestionar las emergencias de toda la provincia. “El sistema no está diseñado para funcionar con tan pocos recursos humanos”, enfatizan.
Además, los trabajadores critican la inexistencia de un sistema organizado de guardias localizadas. Según el comité, “se recurre a la buena fe de los empleados”, sin que la empresa ofrezca incentivos adecuados para cubrir necesidades en horarios intempestivos.
Servicios mínimos
Para garantizar la atención de emergencias prioritarias, la Junta de Andalucía ha establecido unos servicios mínimos que representan el 50 por ciento de la plantilla habitual en cada turno, tanto para coordinadores como para gestores.
En la práctica, esto significa que, en los turnos regulares en los que hay un coordinador y un gestor ninguno podrá ejercer su derecho a la huelga. El comité de huelga ha expresado su preocupación por esta situación, ya que consideran que incluso con servicios mínimos, “el equilibrio entre la carga de trabajo y los recursos disponibles sigue siendo insuficiente”.
Entre las denuncias que sustentan esta huelga, destacan problemas como la falta de formación adecuada, la alta rotación de personal y el uso de herramientas informáticas que generan fatiga visual y psíquica en los operadores.
Además, los empleados señalan que, en ocasiones, se recurre a trabajadores de otras provincias que se conectan remotamente a través de WhatsApp para suplir carencias de personal. Esto, según el comité, es “ineficiente y retrasa la gestión ordinaria de emergencias, ya que los operadores externos desconocen las particularidades de la provincia”.
Por otra parte, critican que la Dirección General de Protección Civil de Andalucía no actúe con la firmeza necesaria para supervisar y corregir estas deficiencias. “Es una complicidad clara con la empresa”, señalaron.
El fracaso en el Sercla
Ayer 5 de diciembre, se celebró una reunión en el SERCLA para intentar evitar el inicio de la huelga. Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto. Según los trabajadores, “la empresa no mostró una voluntad real de resolver los problemas y se limitó a proponer medidas insuficientes”.
Desde Ilunion Emergencias, en cambio, argumentan que han realizado propuestas dentro de sus limitaciones presupuestarias, aunque estas no han satisfecho al comité de huelga.
Con el inicio de esta huelga, el servicio de emergencias 112 en Cádiz se enfrenta a una situación delicada. Si bien los servicios mínimos garantizarán la atención de emergencias prioritarias, los tiempos de respuesta en casos no críticos podrían verse afectados, algo que preocupa a los usuarios del servicio.
El comité de huelga ha insistido en que el objetivo de la movilización no es perjudicar a la ciudadanía, sino visibilizar un problema estructural que también afecta a la calidad del servicio. “Luego, pasa lo que pasa… y todos se llevan las manos a la cabeza. Lo que queremos evitar es que la falta de recursos tenga consecuencias fatales en emergencias reales”, advirtieron.