
El Cádiz CF cae ante el Dépor y ya solo le queda sellar la permanencia cuanto antes
La falta de pegada y un error defensivo condenan al equipo de Garitano en A Coruña, que encadena tres partidos sin ganar

Si alguien mantenía la esperanza, más bien por puro romanticismo probablemente, de que el Cádiz CF pudiera pelear por entrar en el playoff de ascenso la derrota en el Abanca-Riazor le ha borrado definitivamente esa ilusión. Tercera derrota en tres partidos (el otro empate) y adiós a esa utopía de acabar peleando por ascender después de estar media temporada con la opción de no descender.
Los amarillos no han sabido aprovechar en La Coruña sus buenos minutos y sus ocasiones de la primera mitad y el arranque de segundo tiempo y ya solo les queda mirar hacia abajo en lo que resta de temporada, no sea que a al Eldense (damos por imposible que el Tenerife) le llegue la mejoría para darle caza. Parece que no le alcanzará para ello. Ojalá, pero por si acaso, igual o mejor es no dar por cerrada la campaña.
Un punto de los últimos nueve en juego han dejado a los de Gaizka Garitano un poco más abajo de la tierra de nadie, con seis puntos de ventaja (que son siete) sobre el descenso cuando quedan 24 en juego parecen margen suficiente para no pasar muchos más apuros. Sobre todo, porque da la sensación que el equipo cadista puede sacar esos puntos que necesita. Pero la historia cadista está llena de "solo hace falta ganar un partido más de los que quedan" y al final se acababa descendiendo.
Lo más preocupante es que esta pésima racha ha empañado todo lo bueno que había hecho este Cádiz de Garitano. Este equipo que estaba en descomposición y había entrado en puestos de descenso con Paco López y para el que se llamó al técnico vasco para reanimarlo y evitar su muerte cerebral. Y no solo lo hizo, sino que, no con la misma plantilla, sino con una más debilitada, incluso llevó al cadismo a soñar con la gesta de pelear por el ascenso hasta el final.
Pero la dirección deportiva del club y el propio club se ahorraron (nunca mejor dicho) el esfuerzo por soñar y pasaron del mercado de invierno, al menos pensando en esta campaña. Dos refuerzos de jugadores procedentes de Primera RFEF y más salidas que llegadas confirmaron que en la planta noble del Nuevo Mirandilla no creían que el equipo ni el entrenador pudieran reenganchar al Cádiz. Pero cuando lo han hecho, el sobresfuerzo y la falta de relevos en algunas posiciones les ha pasado factura. Ante el Dépor, como ante el Eibar la anterior jornada y ante el Tenerife la anterior, ha quedado claro que a este Cádiz le ha faltado algo más para poder seguir escalando. Le ha faltado algo que el club le debería haber dado en enero y no lo hizo pese a las claras peticiones de su entrenador.
En el choque ante el conjunto gallego Gaizka Garitano sorprendió con el once inicial. Casi siempre que ha sorprendido en más de un nombre, el resultado no le ha salido bien, pero casi siempre que lo ha hecho era porque no tenía prácticamente más opciones. Volveríamos a lo mismo del mercado invernal.
Pero centrándonos en la derrota en La Coruña, el Cádiz comenzó mejor que su rival el choque. Desde el primer minuto ya presionaba con cuatro arriba y hacía equivocarse a los defensores coruñeses. Y generó cierto peligró, sobre todo con un gran pase en profundidad de Ontiveros (que minutos antes lo había intentado desde su campo, literalmente) a Chris Ramos, que llegó algo forzado el gaditano y pareció buscar el penalti con un toquecito que Helton desvió a córner.
El Dépor igualó la posesión, pero las ocasiones siguieron siendo amarillas. Como la que dispuso Diakité, algo más libre y adelantado en este choque, desde la frontal que se encontró con una buena intervención del meta local. Los amarillos seguían firmando las mejores ocasiones en ataque (como un centro de De la Rosa al que estuvo a punto de llegar Sobrino en el área pequeña) y no dejaba opciones a su rival atrás.
Hasta que en el minuto 32 apareció Yeremay por fin, que tras ganarle a Iza en profundidad, regateó en el área a Kovacevic, pero el serbio se rehízo bien y junto al portuense dejaron sin opciones al extremo.
En la jugada siguiente la fe de Chris Ramos puso de los nervios a la zaga y portero local, que no se entendieron y el despeje de Helton acabó en los pies de De la Rosa. El canterano lo intentó de primeras y la sacó Martínez cuando iba dentro. El intercambio de golpes se prolongó con la siguiente jugada, cuando Yeremay dejó solo a Eddahchouri en el 36, pero la velocidad de Kovacevic impidió el remate inicial y luego Chust sacó también bajo palos.
El Dépor y Yeramay estaban desmelenados y el peligro volvió a aparecer en el área de David Gil. La primera, un tanto embarullada, la defendió bien el Cádiz y la segunda, en el minuto 41, la defendió muy bien David Gil enviando a córner el disparo de Mario Soriano.
Fueron los minutos más comprometidos para el Cádiz, se supo recomponer e incluso dispuso de un par de acercamientos, pero sin el peligro anterior. Los amarillos habían sido superiores en el primer acto, con el doble de disparos entre los tres palos a su rival (4 por 2 del Dépor) y mayor posesión, pero sin demasiada brillantez ni claridad. Eso sí, daba la sensación de que a poco que quisiera cualquiera de los daos se llevaría el partido.
Y así fue. Aunque el primer aviso, en la reanudación, lo dio el Cádiz, con una clarísima oportunidad de Chris Ramos, que en el área pequeña remató flojo con la zurda. Fue casi la única opción cadista con el choque empatado en esta segunda mitad. El Dépor dio un paso al frente en agresividad en la presión y en presencia en el área rival y fue superior en la segunda mitad. No claramente, pero esta vez fueron los deportivistas los que doblaron los remates del contrario. Y eso que el Cádiz tuvo el arreón final en busca del empate.
Los locales tenían más el balón y lo recuperaban antes y más arriba, con lo que el partido, durante muchos minutos, parecía jugarse solo en una dirección. Mella, Soriano y Yeremay se adueñaron del choque y cada vez había más sensación de peligro en el área cadista. Los amarillos se defendían con orden, pero se mostraban imprecisos en las salidas, permitiendo que los locales mantuvieran esa presencia en el campo cadista.
Garitano vio que había perdido ese control y cambió el dibujo. Apostó por dos hombres arriba, con la entrada de Carlos, un nuevo extremo, con Brian, y otro jugón por el apagado Ontiveros, con Melendo. Solo el último le respondió. Es la mejor noticia de este tramo aciago de la temporada, la recuperación y el nivel que viene mostrando Melendo, que casi se puede considerar un fichaje para el próximo curso.
El Cádiz se asomaba y amagaba, pero le faltaba la pegada en el área rival que mostró en otros encuentros. Generaba pero no termianaba de rematar. Y daba la sensación que el Depor podría cazar alguna. Y así fue. Kovacevic protagonizó uno de sus poquísimos errores de la temporada y le dejó a David Gil un balón que debió despejar. Barbero consiguió alcanzarlo y el rechace le llegó a Yeremay que no pudo superar al meta cadista. Sin embargo, el segundo rechace le llegó a Soriano, que tras controlar con el pecho la puso sin que tocara el césped por arriba de portero y defensores para lograr el 1-0 que sería definitivo.
El Dépor dio un paso atrás para proteger su tesoro y la mera inercia metió al Cádiz en el área rival. Una buena acción de Roger (noticia: estuvo bastante bien los minutos que jugó) no pudo ser rematada primero por Chust y luego por Carlos Fernández en el área pequeña. El Cádiz ya no generó otra igual. Los amarillos no pudieron aprovechar un par de buenas faltas laterales y algunas opciones de disparo y acabaron doblando la rodilla.
Segunda derrota consecutiva en un partido fuera, y un solo punto de los últimos 9 jugados. El adiós al sueño de entrar en la pelea por el ascenso no le ha sentado bien al Cádiz, que ha bajado peligrosamente sus prestaciones en este último tramo de competición. De nuevo, como en el peor momento con Paco López, la falta de contundencia en ambas áreas es un pecado capital en esta categoría.
Así las cosas, al Cádiz solo parece restarle alcanzar los 50 puntos o tener la salvación matemática en el bolsillo para empezar a preparar la próxima campaña. De la convocatoria y del once de este partido ante el Dépor ya se pueden empezar a sacar conclusiones sobre con qué futbolistas no cuenta Garitano para la próxima campaña. Hay que cerrar la permanencia y empezar a pensar en otra complicada operación salida.