
La crónica del Cádiz CF-SD Eibar (0-0) de Vera Luque: Pipas para la indiferencia
Para el autor, el Cádiz entra en modo pipas: sin objetivos por los que luchar y con una plantilla que pide una revolución

Queda acreditado, gracias al martirio chino del lunes noche, que el resto de partidos que nos quedan por delante vendrán a ser como esos famosos minutos de la basura clásicos del baloncesto. Jugar por jugar.
Estaría bien que algún estamento federativo o del ente acorbatado que fuera, autorizara a los enfrentamientos entre Cadiz, Burgos, Córdoba, Albacete….y otros equipos que engrosan esa parte central de la clasificación, a firmar de antemano un empatito a cero y así nos ahorramos desidia, indiferencia, y pachangas playeras primaverales.
Algo así como un biscotto sin consecuencias clasificatorias, como si Suiza y el Vaticano firmaran un amistoso armisticio a sabiendas que nunca se meten en ná. Porque la temporada ha llegado a su fin, señoras y señores. La distancia que nos separa de la fiesta es la misma que la que nos separa del velatorio, y a estas alturas de campaña, distanciarse diez puntos de veintisiete que quedan por jugar, es tan improbable tanto por arriba como por abajo.
Hasta aquí llegó la 2024/25, la del triste retorno a Segunda. A partir de aquí hacia delante, al fútbol lleven palés de pipas y temas de conversación interesantes para compartir con su vecino de grada. Es lo que queda.
El ratito de ayer está a poco de ser considerado tortura por el Tribunal Internacional de los Derechos Humanos y más siendo un lunes por la noche, momento de la semana maldito en el que se unen los efectos de la autodestrucción del finde inmediatamente anterior con la amargura de distancia kilométrica que nos separa del finde posterior. Sólo ese señor que lleva el número 22 a la espalda, como múltiplo mágico del legendario 11 amarillo que tantos ratos filigraneros nos dejara antaño, nos despierta de vez en cuando del aburrimiento global.
Allá por Eibar lo sabían y practicaron el taekwondo a ras de césped en múltiples ocasiones, tanto con el genio malagueño como con el pequeño Melendo, el cual se consolida como pelotero número dos de la plantilla… algo tarde, pero nunca está de más como fichaje primaveral. Por no tener, el partido no tuvo ni polémicas más allá de que los vascos hubieran acabado con alguna tarjetita más. En la pantalla del VAR pusieron “Supervivientes” que por lo visto estaba más interesante, y tan poca cosa hubo, que los viejos del lugar no recordábamos un partido con tan pocos minutos de descuento (uno en el primer tiempo, tres en el segundo). Habría que remontarse a aquellos tiempos en los que los goles se festejaban ipso-facto y no había que esperar a que los señores del habitáculo ubicado en los madriles, dieran el visto bueno una vez revisadas las imágenes con lupa, o sin ella, en función del equipo que marque o que encaje el gol.
Visto lo visto, pues, e inaugurando el mes de abril, no hay excusas para que el año que viene nos plantemos en la primera jornada con un equipo hecho y derecho. Mejor no lo van a tener los diseñadores de la plantilla. Cinco meses por delante, con la seguridad de la militancia en Segunda, con el mismo entrenador posiblemente,sin planes A o B según el futuro de la entidad, sin incertidumbre acerca de la categoría futura con todo lo que ello ahorra en especulaciones salariales o de montantes económicos a recibir por derechos televisivos y esas movidas.
El plantel pide una limpia curiosa por un lado, y una apuesta por dos o tres futbolistas, a los que hay que ponerles en lo alto un localizador cada vez que en sus santas vacaciones salgan de más allá de Cortadura. Porque tengan claro que vendrán con billetes a llevarse lo mejorcito de lo mejorcito (Ontiveros, Kovacevic…), y que por estos lares no va a temblarle el pulso a quienes tú ya sabes a la hora de poner postura de egipcio, mano horizontal con la palma mirando al cielo, y de ahí para el bolsillo. Sería decepcionante para la afición que durante el curso que viene siguiéramos teniendo que ver a unos pocos cuyo ciclo de amarillo parece ya caducado.
Si no, analicen el mastodóntico desapego que existe entre la grada y un porcentaje alto de los futbolistas. Síntoma claro. Todo lo que no sea empezar la 2025/26 desde ya, es tiempo que se está perdiendo. Y mientras, pipas. Muchas pipas que comer.