
Cádiz contará con brigadas inquilinas: ofensiva vecinal contra la venta de edificios con personas dentro
El Sindicato de Inquilinas organiza una batida por fincas en venta para evitar expulsiones y frenar el avance de la especulación inmobiliaria

Este martes 1 de abril de 2025, la ciudadanía de Cádiz, eso que se llama sociedad civil, va a dar otro paso firme en la defensa del derecho a la vivienda con la puesta en marcha de las primeras brigadas inquilinas de la ciudad. Una nueva acción para tratar de combatir la venta de edificios con personas y familias dentro como inquilinas.
Se trata de una iniciativa impulsada por el Sindicato de Inquilinas de Cádiz que tiene como objetivo recorrer fincas completas, identificar edificios en riesgo de venta y alertar a las personas residentes que podrían enfrentarse, en cualquier momento, a una orden de expulsión.
No se trata únicamente de una acción informativa: es una respuesta directa y organizada frente a un fenómeno que se ha intensificado y que está desplazando a decenas de familias y personas inquilinas de sus hogares.
El sindicato ha decidido lanzar esta auténtica batida ciudadana, inspirándose en experiencias desarrolladas en otras ciudades del Estado. En Cádiz, será la primera vez que se despliegue este tipo de acción colectiva. La cita está convocada para el martes 1 de abril a las 18:00 horas, con punto de inicio en la Plaza de las Viudas. Desde ahí, las brigadas inquilinas iniciarán su recorrido por edificios en los que se ha detectado un proceso de venta o el riesgo de desalojo. Muchos de ellos están habitados por personas que, hasta ahora, no han recibido información clara sobre su situación.
La emergencia habitacional que atraviesa la ciudad es innegable. Actualmente, el Sindicato de Inquilinas estima que más de 30 familias están en riesgo inminente de ser expulsadas por operaciones de compraventa. Estas fincas suelen ser de propiedad vertical, es decir, bloques enteros en manos de un solo propietario o entidad, lo que facilita su venta como paquete cerrado y su transformación en apartamentos turísticos, alojamientos de lujo o viviendas de alquiler con precios inasumibles. Las personas residentes en estas fincas rara vez son tenidas en cuenta en el proceso.
Frente a este escenario, las brigadas inquilinas surgen como un mecanismo de autodefensa barrial. Su finalidad es clara: informar, acompañar y organizar a quienes viven en edificios en venta, tejer redes de solidaridad y crear condiciones para que las vecinas y vecinos puedan resistir. La especulación inmobiliaria no solo vacía viviendas, sino también barrios, y las brigadas nacen precisamente para combatir esa expulsión silenciosa y masiva que sufre la población local en favor del negocio turístico y la inversión privada.
La acción de este martes forma parte de una semana de movilización estatal por el derecho a la vivienda. El próximo sábado 5 de abril, Cádiz participará en una jornada conjunta con más de 30 ciudades de todo el Estado, convocada bajo el lema “Acabemos con el negocio de la vivienda”. En la ciudad, la manifestación ha sido organizada por Cádiz Resiste, con el respaldo del Sindicato de Inquilinas. La marcha partirá desde Plaza San Antonio y se espera que congregue a cientos de personas afectadas, solidarias y organizadas en defensa de un modelo de ciudad inclusiva, habitable y justa.
Además, el arranque de las brigadas inquilinas incluirá un acto cultural de denuncia. En la misma Plaza de las Viudas, tendrá lugar la actuación del romancero El rentista se la da de artista, del autor Karim de la Frac. Una propuesta artística que, a través del humor y la crítica popular, visibiliza la transformación acelerada de la ciudad en un espacio cada vez más mercantilizado, donde la vivienda deja de ser un derecho para convertirse en objeto de especulación.
Desde el Sindicato de Inquilinas han anunciado que esta no será una acción puntual, sino que las brigadas se repetirán cada mes tras la manifestación del 5 de abril. Con ello, buscan construir una red de vigilancia ciudadana y resistencia sostenida en el tiempo, que permita anticiparse a los desahucios, organizar la respuesta y defender el derecho a permanecer en los barrios. La organización también ha dejado claro que no descartan impulsar una huelga de alquiler, si es necesario, para frenar la venta de bloques enteros a fondos o inversores privados.
Mientras tanto, la situación en Cádiz continúa agravándose. El caso de Tamara Manzano, vecina que se enfrenta a un desahucio inminente, ha vuelto a impactar en buena parte de la ciudad. Al mismo tiempo, el reciente anuncio del Ayuntamiento sobre la regulación de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) ha generado una mezcla de esperanza y frustración. Aunque se avanza en el reconocimiento del problema, la nueva normativa excluye los apartamentos turísticos registrados y los alquileres de temporada, dejando fuera una gran parte del mercado especulativo.
Por si fuera poco, las nuevas promociones de Viviendas de Protección Oficial (VPO) anunciadas resultan completamente inasumibles para gran parte de la población trabajadora. Con precios elevados y requisitos de acceso restrictivos, estas promociones no solo no resuelven el problema, sino que aumentan la brecha entre quienes pueden y no pueden acceder a una vivienda digna.
Todo ello ha llevado al Sindicato de Inquilinas a redoblar sus esfuerzos. Las brigadas inquilinas representan un nuevo modelo de acción colectiva, que combina intervención directa, denuncia pública y empoderamiento vecinal. Frente a una ciudad que se vacía de vida cotidiana, Cádiz responde desde abajo, desde los barrios, desde la gente que lucha por seguir habitando el lugar en el que ha echado raíces.