
Califican de “vergonzoso” el abandono del Ayuntamiento de Cádiz a las personas sin hogar durante el temporal

El 4 de abril de 2025, la borrasca Nuria no solo ha mojado las calles de la ciudad, sino que también ha dejado en papel mojado el supuesto compromiso del Ayuntamiento de Cádiz con las personas sin hogar de la ciudad, que han quedado totalmente desprotegidas frente al temporal, según denuncia el colectivo Despertares.
Mientras la capital recibía más de 26,8 litros por metro cuadrado en apenas una hora, superando con creces la alerta amarilla de la Aemet, las personas sin refugio soportaban la lluvia y el viento sin que el Ayuntamiento activara ningún protocolo de emergencia.
La denuncia llegó rápidamente de la mano de la Asociación Despertares. Su portavoz, Carlos Sánchez Grimaldi, lanzó una crítica tajante contra la inacción del Ayuntamiento. “Ningún protocolo de emergencia sobre las personas sin hogar con la que está cayendo...”, comenzó señalando con visible indignación, poniendo sobre la mesa la gravedad de la situación que se estaba viviendo en las calles de Cádiz.
Grimaldi profundizó aún más en su denuncia, lamentando que no hubiera ningún tipo de actuación ni reacción ante una emergencia meteorológica como esta. “Por supuesto estamos indignados y, aparte, que ningún grupo de la oposición publique nada sobre este tema de un protocolo de emergencia, pues en las calles existen personas enfermas y no es normal que vidas humanas pasen por esto”, subrayó.
El portavoz de Despertares remarcó también que Cádiz no es una ciudad grande y que, precisamente por sus dimensiones, existen espacios suficientes para haber actuado con rapidez. “En una ciudad tan pequeña y con lugares donde meterlos, Cano, Polideportivos, etcétera, o si es necesario que paguen un hotel que dinero público tienen para sus chiringuitos…”, criticó duramente, acusando al consistorio de preferir destinar fondos a otros fines antes que garantizar la dignidad de las personas más vulnerables.
Las palabras de Grimaldi no son una simple queja: son un recordatorio contundente de que la ciudad ya había demostrado capacidad de respuesta en situaciones similares. Durante la DANA de octubre de 2024, el Ayuntamiento de Cádiz habilitó el Centro Náutico Elcano como refugio temporal para las personas sin hogar. En coordinación con Servicios Sociales y las asociaciones locales, se organizó un sistema de traslados para garantizar techo y alimentación diaria. Incluso antes de que comenzaran las lluvias, el dispositivo ya estaba operativo.
Sin embargo, frente a la borrasca Nuria, que convirtió a Cádiz en el epicentro provincial de las precipitaciones mientras localidades vecinas apenas registraban lluvias, no se activó ninguna medida comparable. Las instalaciones del Elcano permanecieron cerradas, al igual que los polideportivos municipales, y no se reforzaron recursos como el Centro de Acogida Municipal o las pensiones habilitadas durante todo el año.
El silencio institucional se vio agravado por la ausencia de reacción de los partidos de la oposición, que no emitieron ninguna declaración pública ante la desprotección que sufrían las personas sin hogar en pleno temporal. Carlos Sánchez Grimaldi subrayó esta falta de respuesta con indignación: “Que ningún grupo de la oposición publique nada sobre este tema de un protocolo de emergencia pues en las calles existen personas enfermas y no es normal que vidas humanas pasen por esto”.
Mientras las avenidas principales de Cádiz se inundaban y las imágenes de la Plaza de la Catedral anegada se viralizaban, las personas sin hogar no encontraban más refugio que algún soportal o rincón de la ciudad, soportando la tormenta en la más absoluta vulnerabilidad.
La borrasca Nuria no solo ha dejado cifras de récord, sino que también ha desnudado las carencias de la política social del Ayuntamiento gaditano. La experiencia de octubre demostró que es posible actuar con rapidez y previsión, pero esta vez, la respuesta ha brillado por su ausencia. Las entidades sociales, como Despertares, insisten: hacen falta medidas estructurales, no solo improvisaciones puntuales cuando la lluvia ya cae con fuerza. Mientras tanto, la ciudad sigue mirando hacia otro lado, dejando a los más vulnerables expuestos bajo el temporal.