
Gueli Villegas prende la llama del Dios Momo en un emotivo adiós al Carnaval de Cádiz
Gueli Villegas emocionó a Cádiz con un pregón cargado de recuerdos, humor y homenaje a la cantera antes de que el fuego consumiera al Dios Momo

La lluvia amenazó con aguar la fiesta, pero no logró empañar la despedida del Carnaval de Cádiz. Tras una tarde inestable, el cielo dio una tregua justo a tiempo para que la Plaza de San Antonio volviera a vibrar con la chispa de la fiesta. Sin embargo, durante el pregón, el agua hizo acto de presencia, obligando a los asistentes a abrir los paraguas sin perder la alegría.
Fue una noche marcada por la emoción, el humor y la tradición. El fuego purificador consumió, como cada año, al Dios Momo, símbolo del final de la gran celebración gaditana. Con su quema, el Carnaval se entrega a las cenizas, cediendo el paso a la Cuaresma, aunque siempre arañando unos días más de fiesta.
El encargado de encarnar a Momo en esta edición fue Gueli Villegas, un carnavalero de raza con un vínculo inquebrantable con la fiesta. Desde el escenario, hizo un recorrido por sus raíces, su familia y su amor por Cádiz.
"En mi casa siempre hubo poco, pero había mucho. Mucha imaginación, mucho cariño y mucha risa", rememoraba Villegas con nostalgia. Hijo de Enrique Villegas, su apellido está ligado al Carnaval desde hace décadas. "Mi familia ha hecho del humor y la nobleza su bandera", afirmó.
No faltaron las bromas y la complicidad con el público, reforzadas por la participación del humorista Manolo Morera, quien añadió aún más chispa a la noche. "Si miráis a la izquierda o a la derecha, seguro que veis a otro Villegas", bromeó el pregonero, provocando carcajadas entre los asistentes.
La cantera y el futuro del Carnaval
Villegas quiso hacer hincapié en la importancia de la cantera, recordando cómo su padre contribuyó a impulsarla en Cádiz. "A finales de los 70, tras su aventura con los Beatles, decidió que había que formar nuevas generaciones, y junto a la peña La Estrella, sentaron las bases de nuestra cantera en el Gran Teatro Falla".
La noche estuvo repleta de actuaciones que reflejaron ese legado. Desde la joven agrupación Los Topolinos hasta Los Cleriguillos, pasando por un grupo de Ayamonte en homenaje a Enrique Villegas. No faltó la presencia de su propia chirigota, Los disléxicos, que revivió el icónico pasodoble de Las momias.
Cádiz y su sueño eterno
Más allá del presente y el pasado, Villegas miró al futuro con un deseo claro: la Ciudad del Carnaval. "Los soñadores de Cádiz no desaparecen, solo se extienden. Cádiz tiene el talento y la creatividad suficientes para vivir de lo que crea", afirmó con convicción.
También evocó la época dorada de las comparsas en los años 80, con nombres como Martín, Quiñones, Aurelio, Pedro Romero o Caraballo. "Siempre defendí que el Carnaval debía ser elegante. Mis letras jamás buscaron la vulgaridad ni la violencia, porque creo en la fuerza de la palabra bien dicha", explicó.
Para cerrar su intervención, rescató los versos de su padre Enrique en el pregón de 1999:
Tienes que darme la llave de tu puerta marinera,
que cuando el cielo me llame,
pueda volver cuando quiera,
a entrar y poder cantarte,
como si vivo estuviera.
Con estos versos y el fuego consumiendo al Dios Momo, Cádiz se despedía de su Carnaval hasta el próximo año, con la certeza de que su esencia nunca se apaga.