La comparsa 'Las ratas' en el Gran Teatro Falla
La comparsa 'Las ratas' en el COAC 2025

Pieles impuestas y corrompidas. El pasodoble de 'Las ratas' para concienciar desde el Falla

El pasodoble a capela que estremeció al oyente y que reivindicó la lucha por la identidad de género

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En la noche del lunes 17 de febrero, en la cuarta sesión de cuartos de final del COAC 2025, hubo un pasodoble que nos dejó sin palabras.

La actuación de la comparsa Las Ratas era una de las más esperadas, pues ya son muchas las opiniones que la postulan como clara finalista del certamen. Su presentación, vibrante e impecable, demostró cómo la copla de Bienvenido es toda un arma lírica de transformación social, de reivindicación y de denuncia política.

Desde el inicio, la agrupación consigue atrapar al oyente con su ya pegadizo “ratatatata“, ese sello tan característico de la representación que realizan y que además se clava en los oídos fácil y agradablemente.

Pero sin duda alguna, fueron los pasodobles los que terminaron de conquistar al respetable. El primero de ellos, una denuncia sobre las consecuencias de la guerra en Palestina, pues lo que antes eran edificios, ahora son ruinas hechas piedra. Así, Bienvenido y su comparsa narran las posibles historias que habría en esas piedras.

Sin embargo, tenían una letra más bajo la manga con la que también visibilizaron una realidad presente en todas las sociedades del mundo.

En el segundo pasodoble, la instrumental cedió y dio pasa a las voces tenores y segundas para que se escuchara, todavía más nítido aquel mensaje que la agrupación quería mostrar.

La piel como símbolo de lucha y renacimiento. Así se presentó la historia de una persona nacida con un cuerpo que no sentía como suyo, atrapada en una piel que le fue impuesta por la sociedad y que, con el tiempo, se fue corrompiendo por la masculinidad hegemónica.

“Poco a poco fue mutando, se fue manchando con la genética de mi nombre y se me fue envenenando de aquellas lágrimas que tragaba por ser un hombre. Se ensució con la virilidad y y con la autoridad que mi piel heredaba y una costra de agresividad que a mi sensibilidad, bajo otra piel, enterraba”.

Los versos de Bienvenido parecen extraídos de una carta verdadera, escrita y firmada por una persona que comparte dicha situación, siendo un ejemplo más de la habilidad lírica e interpretativa para escribir este tipo de narraciones en verso. Un pasodoble con una estructura libre, donde mezcla tanto rimas asonantes como consonantes que engrandecen la continuidad del mensaje.

La letra dibuja un proceso de transformación y liberación: la piel como cárcel y como batalla, una piel que se arranca una y otra vez hasta alcanzar la identidad primera, auténtica, humana. Además, habla de ella como “piel corrompida y patriarcal“ para rematar con que la seguirá arrancando para ser “un humano a tu altura“, en busca de concebir a todos los seres humanos por iguales.

La elección de interpretar este pasodoble sin instrumental no hizo más que reforzar la crudeza y sinceridad de su mensaje, logrando un silencio sepulcral en el teatro, roto solo por los aplausos al final.

Es importante destacar que la visibilización de este tipo de mensajes en un certamen, de tal envergadura como es el COAC, es un paso más hacia la consecución de la transformación y concienciación de la sociedad. Y encima, Las ratas, lo hacen con una perfecta armonía entre las voces y la música, entonces, ya es cuando cala del todo.

Sin duda, es una de las comparsas más mediáticas, y es seguida constantemente por todos los medios. En su presencia en los camerinos del Falla dejó esta interpretación de su presentación, que ya es una de las melodías del año.