
Vuelve la carga gaditana con la entrega de los XI premios Holoturias del Carnaval de Cádiz

En Cádiz, la carga es casi un deporte olímpico. Y el Carnaval de Cádiz y concretamente su Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) no se libran desde hace más de una década de una especie de institucionalización de esa carga que siempre se da.
Como bien dice el gran Antonio Reguera, la carga supera la pena, y pocas veces este espíritu queda tan bien reflejado como en la ya consolidada gala de los Premios Holoturia, que este sábado 5 de abril celebra orgullosamente su undécima edición.
La cita, marcada en el calendario del lado más cargante del Carnaval, tendrá lugar ea las 13:00 horas en la Peña Paco Alba. Entre borrasca y borrasca, como dicen por estas tierras, siempre hay un rayo de luz que mantiene viva la guasa y la fiesta aunque se esté a las puertas de la Semana Santa, que mañana celebra su solemne pregón.
Estos premios, que comenzaron casi como una gamberrada y hoy son casi una institución en el Carnaval gaditano, han conseguido que hasta los tropiezos más sonados del COAC o los excesos de humos se celebren como se celebran estas cosas en Cádiz: con carga y cachondeo. Y es que si algo demuestra la existencia de los Holoturia es que en Cádiz, la carga debe convertirse en autocrítica. El mismo nombre de los premios ya lo deja claro, porque holoturia no es ni más ni menos que, en Cádiz, un carajo de mar (pepino de mar en lenguaje más políticamente correcto). Un carajo de los que hay en La Caleta, que cantaba la comparsa El Brujo.
Once años de carga desde el cariño
El espíritu de estos premios se mantiene intacto desde su origen: no dejar que decaiga la ganas de cachondeo y, sobre todo, que nunca desaparezca la carga. Al fin y al cabo, la carga supera la pena, y aquí se celebra como se merece. La organización, incansable después de más de una década, sigue fiel a este compromiso.
La invitación es clara: que todos los nominados y nominadas se presenten en la Peña Paco Alba con la mejor de sus sonrisas y el espíritu de cachondeo bien cargado, listos para disfrutar de una jornada de ilusión y fantasía carnavalesca. Porque estos once años no solo han consolidado la gala, sino que la han convertido en una de las citas esperadas por la afición, con su toque canalla.
Y cómo no recordar, entre tantas ediciones memorables, aquella actuación casi legendaria de Los herederos del Levante, que todavía se recuerda como ejemplo de que aquí no se olvida nada, especialmente si fue motivo de risa.
Ccarga gaditana en vena
La edición de 2025 no será la excepción. Tras la entrega de premios, el ya clásico micro abierto volverá a sonar para que las coplas más desvergonzadas y holoturiables tengan su momento de gloria. Será también el instante de recordar a Paco Rosado, cuya pasión por este rincón del Carnaval quedó inmortalizada cuando cada año abría este tramo con el pasodoble de Los tulipanes negros, que hoy ya es prácticamente el himno de los Holoturia.
La gran novedad de esta edición viene con la incorporación del galardón al Muergo de Oro del Concurso de Romanceros 2025, organizado por la Asociación de Romanceros ARO. Un premio que reconoce lo mejor de lo peor de esta modalidad, reafirmando que en Cádiz no solo se celebra lo brillante, sino también aquello que, con cariño y sentido del humor, merece ser recordado por lo fallido.
Además, la gala rendirá un homenaje más que merecido a Luis María Rodríguez Rondán, maestro del surrealismo carnavalesco. Capaz de dedicar todo un popurrí a la mudanza de un ropero —en su chirigota Ni fú, ni fá, presentada en este 2025—, Rodríguez Rondán encarna como nadie ese ingenio incomprendido que tantas veces pasó de puntillas para los jurados del Falla, pero que aquí encuentra su lugar de honor.
Categorías para todo
En los Holoturias hay categorías para todo, igual que hay para todo en el Carnaval y en el COAC.
En el Holoturia al Nombre, destacan títulos como Los calaíta (fuimos a por tabaco), una chirigota de toda la vida, la gran sensación del COAC; Los malfo-llados (una fucking chirigota), y El beso más famoso después de Jenni Hermoso.
La categoría Holoturia al Concepto premia ideas que, por surrealistas, no dejan indiferente: Las precavidas // Por si acaso… Las precavidas, el coro autodefinido sin tapujos como Este coro es la polla, y el misterioso El lado oscuro, para los amantes de lo enigmático.
En Parecía que sí, pero no, se cuelan propuestas que prometían mucho pero se quedaron a medio camino, como Al año de chirigotas, el trabajo de Joselini como autor, o la comparsa La tribu, que no terminó de encontrar su sitio.
No faltan las coplas absolutamente fallidas o desafortunadas que se destacan en Quise hacer un pasodoble y me salió un cuplé, donde encontramos desde el pasodoble de El corazón de Cádiz dirigido al presidente del Gobierno, hasta el tango de El lado oscuro a la ETA, pasando por el homenaje a Felipe VI o el tango a la vuelta de las ninfas del Carnaval del coro Son y sal.
La pasión fuera de control también hay que destacarla y se hace en estos premios en la categoría de Un calentón lo tiene cualquiera, donde desfilan nombres como Octavio Linares, Nandi Migueles, Antoñito Domínguez y el coro de Valdés, todos ellos ejemplos claros de que a veces el veneno del concurso puedo con cualquiera.
Las polémicas comunicativas encuentran su hueco en ¿Has leído mi comunicado? ¿Cuál? El que tengo aquí colgado, con protagonistas como Rafael Pastrana Jr., Marta Ortiz, Adrián López (Waxi) y Víctor Jurado (Vito).
Y no podemos olvidarnos de los cameos innecesarios, recogidos con guasa en la categoría Miguel Ángel Fuertes al Cameo Innecesario, donde se lucen personajes como Miriam Peralta, Cristian Ventura, Gerard Jofra (hijo del mítico Eugenio), y Antonio Reguera, quien ya nos dejó claro que la carga supera la pena, también en las apariciones estelares.
La Princesa Holoturia, como broche de oro, destaca agrupaciones dignas de este trono del disparate: el coro Son y sal, la comparsa Puente de plata, el cuarteto ONG (Organización No Gaditana) Cuartetos Sin Fronteras, y la chirigota Los turistas se la dan de artistas (los urbanitas).
Lo que empezó casi como una broma o una carga se ha convertido en una de las tradiciones del Carnaval o de su concurso. Los Premios Holoturia llevan once ediciones demostrando que, en Cádiz, la carga es lo que decíamos al principio, casi deporte olímpico y que no hay mayor homenaje que reírse de uno mismo o una misma con orgullo.