
La Iglesia del Palmar de Troya abre su basílica al público durante su Semana Santa
Entre el 20 y el 20 de marzo se realizan, en su interior, desfiles procesionales diarios cada noche a las 21:00 horas

Por primera vez la Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz también conocida como Iglesia Palmariana, va a permitir que el público general podrá ver su Semana Santa permitiendo el acceso al interior de la misma. Cabe recordar que esta comunidad está en la pedanía de El Palmar de Troya, en la provincia de Sevilla, y ahora permite el paso a su basílica a todas las personas que estén interesadas en asistir a sus procesiones, más allá de su religión o creencias.
La decisión se comunicó por medios de las redes sociales siendo el obispo Braulio María, líder espiritual -en este momento- de la congregación. En el comunicado se subraya que la Semana Santa palmariana no atiende a la variabilidad de fechas de la Semana Santa oficial y, por el contrario, obedece a fechas fijas siendo estas del 20 al 26 de marzo. En estos días se realizan, en su interior, una serie de desfiles procesionales diarios iniciándose cada noche a las 21:00 horas. Los asistentes que quieran asistir a las mismas deberán presentarse en la puerta principal a las 20:30 horas a fin de controlar y permitir el acceso.
Aunque se abre el paso a los visitantes lo cierto es que hay una serie de condiciones que hay que cumplir y que son muy específicas. Braulio María explicó que cualquier persona puede acceder al interior y hacer fotografías o vídeos pero se debe respetar un estricto código de vestir que viene establecido por la Iglesia Palmariana. Este reglamento se consultar en la web oficial de la comunidad, donde hay normas detalladas que sirven de elemento regulador tanto para la ropa como la apariencia física de los visitantes.
Regulaciones de paso
Para los hombres se piden que vayan en pantalones largos no ceñidos ni transparentes, deben llevar calcetines por encima del tobillo. Las camisas tienen que ser de mangas largas y estar totalmente abotonadas, incluyendo el cuello, debe garantizarse que brazos y pecho estén cubiertos en todo momento. No se permite el acceso a hombres con el pelo largo, teñido, tatuajes, perforaciones o cualquier otro tipo de adorno corporal.
Las mujeres tiene un código igualmente riguroso -más si cabe-, se pueden llevar pantalones ya que los consideran -dentro de la Iglesia Palmariana- como una prende de vestir exclusivamente de hombres. No pueden llevar prendas con escote y deben ir abrochadas hasta el cuello. Las faldas deben ser largas a fin que las rodillas estén cubiertas incluso cuando tomen asiento. No se permiten tejidos vaqueros -tanto para hombres como para mujeres-.
El origen de la Iglesia Palmariana
La Iglesia Palmariana nació a finales de los años setenta -si bien el movimiento en torno a las apariciones en este punto datan de finales de la década de los 60-, separada de la Iglesia Católica que no la tiene reconocida como parte de su estructura oficial, siendo una asociación religiosa. En estos años ha sido estudiada por expertos en sectas que tildan las acciones en su interior como "sectarias" con un carácter ultraconservador. Tuvo su época más llamativa en sus inicios de la mano de Manuel Alonso Corral y Clemente Domínguez, conocido como "el Papa Clemente" ya que disponen de su propio papado paralelo.
Tradicionalmente ha mantenido una política hermética de cara al exterior y este cambio se quiere entender como una nueva etapa dentro de la misma.
Hay que señalar que la Semana Santa palmariana es uno de los acontecimientos más destacados dentro de su calendario litúrgico, donde hay variopintos rituales propios, con la presencia de su jerarquía eclesiástica autónoma y su liturgia particular, que camina por derroteros diferentes al catolicismo romano. La apertura al visitante -bajo esas estrictas normas- es tener una mayor visibilidad sin renunciar a los principios que la han definido desde su origen.
La posibilidad de visitar la Basílica y ver su Semana Santa ha despertado la curiosidad de muchos, sean creyentes o no, pero todos/as atraídos por la posibilidad de conocer de cerca uno de los puntos más enigmáticos y polémicos de España.