Una de las mayores devociones que encontramos en España y en el mundo es la que se tiene en torno a la figura de esta advocación de una Virgen que tiene una historia y leyenda muy interesante que reúne la fe de cientos de miles de personas en el mundo.
Ahora te voy a decir cómo realizar la oración a la Virgen de la Cabeza y posteriormente nos adentraremos en la historia y la leyenda de esta imagen tan milagrosa.
Se debe rezar en un lugar tranquilo, en donde nos podamos encontrar y focalizar toda nuestra mente en la oración.
En el caso de disponer de una estampa o imagen de la Virgen la pondremos frente a nosotros y rezaremos lo siguiente:
«Amadísima Santa Madre, Virgen de Santa María de la Cabeza, que tu Gloria esté con este/a humilde servidor/a y que no me desampares nunca. Que todo tu amor este con la Humanidad y que me ayudes en todo aquello que me afecta, en las alegrías y en los malos momentos.
Dame tus fuerzas para tener la confianza que necesito, la ayuda de una mano celestial como al tuya.
Que mis debilidades se vean superadas por la fortaleza y el empeño, por el sacrificio y el trabajo cada día.
Que se vayan de mi vida toda aquella mala causa y pensamientos.
Que no esté conmigo las fatalidades y lo que es malo.
Que ese cariño y amor esté en mi corazón y que lo entregue a los demás, que siempre me auxilies en mis necesidades y guíes mi camino.
Ayúdame en las dificultades, a resolver los problemas que surgen en la vida, a enjuagar mi sudor por hacer el bien y que tu bondad infinita sirva para que nunca nos falte de nada y que disfrutemos juntos de la vida.
Prometo Madre acordarme siempre de lo que haces por mí, fomentar que otros tengan la misma devoción que yo tengo, que crean en tu poder y que siempre guardes en tu corazón a esta humilde persona que implora tu atención ayuda.
No me dejes nunca, orienta mis pasos y que Dios y tu Hijo Jesucristo estén conmigo. Te lo pido con el corazón, Amén«.
Oración para pedir a la Virgen de la Cabeza
Es especialmente protectora con aquellos que están desamparados y que padecen algún mal, con los enfermos y aquellos que desean restablecer su bienestar físico.
«¡Oh! Madre mía, Señora de La Cabeza. Que tu infinita misericordia caiga sobre mí y te pido, con el corazón y con el alma, que tu ayuda se tienda como se tiende tu mando y que calmes esta enfermedad, que remita poco a poco y restablezca la salud de [diga aquí el nombre de la persona enferma].
Da tu sagrada bendición y que el alma se ilumine con el gozo de tu ayuda. Señor que eres todopoderosa, infinita divinidad y amor, cuida de la salud, ten compasión de aquellos que sufren a diario de las penalidades, que la enfermedad se olvide y te apiades de todos aquellos que se ven privados de ella.
Que remita el dolor, que sólo se aún recuerdo, que tu mano los calme y el amor de la Madre sirva para que ese alivio llegue prontamente. Tus hijos sabrán acamarte como su especial protectora y nunca les faltará una plegaria por su Madre.
Que tu Gracia caiga sobre todos aquellos que necesitan de ti.
Que pongas luz donde sólo se ve oscuridad, que pongas confianza allá donde sólo hay desconfianza.
Que los socorros y auxilios del Cielo desciendan sobre todo aquel que te necesita.
Que nos des la paciencia necesaria para esperar sin desesperarnos, que nos de la Sabiduría para esta labor y que podamos crecer juntos, en el Espíritu Santo, guiados por tu mano.
Hoy te imploro, que no nos abandones, que nos ayudes y que escuche la humilde súplica de este/a fiel que desea de tu bendición y socorro. Por favor, Madre mía, escúchame. Amén«.
Historia y Leyenda de la Virgen de la Cabeza
La leyenda cuenta como un pastor que atendía al nombre de Juan Alonso Rivas estaba con sus ovejas mientras pastaban en Sierra Morena, concretamente en el Cabezo.
Un buen hombre que padecía de una parálisis en el brazo izquierdo e iba con especial cuidado en todo lo que hacía.
Uno de esos días de trabajo en plena sierra observó como unas luces en un monte cercano, lo cual despertó su curiosidad.
Llamado por la curiosidad se acercó a aquel lugar, era noche que va desde el 11 de agosto al 12 del mismo mes de 1227. Cuando llegó al lugar se encontró que en el hueco de dos bloques de piedra de granito estaba la imagen hermosa de una Virgen.
El pastor, llenó de sorpresa y fervor clavó sus rodillas en el suelo y rezó a aquella imagen que le habló y pidió que allí se elevara un templo en su nombre. Le pidió que diera la noticia en el pueblo y que para que todos vieran que era verdad le sanó el brazo que tenía esa parálisis.
Cuando escucharon a Juan y comprobaron como su brazo estaba curado lo creyeron y corrieron al lugar donde se erigiría el santuario en honor a la Virgen.
Hoy es una de las tradiciones que tienen mayor popularidad del mundo, patrona de la ciudad de Andújar merced a la bula papal de San Pío X y también de la diócesis de Jaén por la bula del pontífice Juan XXIII.
Con esta oración a la Virgen de la Cabeza, si se realiza con devoción con fe y con el convencimiento que Nuestra Señora Madre nos va a ayudar, se conseguirá mitigar lo malo que nos suceda y ayudarnos a una solución más satisfactoria de nuestra aflicción.
El poder del rezo es muy importante y confía en su efecto, se constante y paciente y toda situación mala se irá despejando y será mejor, poco a poco, todo mejorará.