Las runas, más allá de su función para orientar el futuro de una persona, también tienen una función de protección en la vida, siendo muy utilizadas por los vikingos y los celtas.
Se conocen a estas piedras grabadas como runas de protección y ahora son utilizadas en todas las culturas como amuleto y para protegerse de los males y las malas energías.
La época en la que se desarrolló una mayor creencia en este tipo de runas fue desde la Edad de Bronce a la Edad Media, un periodo histórico en el que la vida no era sencilla por las guerras o epidemias y siempre se buscaba una ayuda extra, bien del panteón de dioses paganos o en amuletos que tuvieran una especial fuerza.
Por ello, para la protección, y sentirse más seguros, portaban este tipo de objetos tan importantes.
Las cosas no han cambiado demasiado en nuestros días, pues si bien las runas son más desconocidas como elemento de protección, es cierto que se portan otro tipo de objetos con la misma función.
Este tipo de piedras tan confianza y tranquilidad por lo que se vincula siempre a la fe del ser humano.
Son las runas elementos importantes y más dentro del capítulo del futuro, pero también para aislar todo lo malo que le pudiera pasar a una persona.
Se podían y se puede llevar estas runas como colgantes, pulseras, tatuadas, en los escudos o se podían sobre el dintel de la casa pues inspiraba seguridad y fuerza. Portarlas añadía al saber «que nada malo podía suceder».
Los vikingos creían que eran símbolos de magia y misticismo y cada día tocaban la runa pidiendo esa ayuda tan necesaria.
Como runas de protección más importantes encontramos:
- Teiwaz: de significado guerrero.
- Inguz: vinculado a la fuerza.
- Algiz: destacado claramente en la protección personal.
- Eihwaz: usado en labores de defensa.
- Ehwaz: relacionada con el movimiento.
Cada runa, como hemos comprobado, tenía una función y eran usadas en función de las situaciones que se presentaban.
Si se hacía un viaje y se quería tener vientos propicios en la travesía se recurría a la runa concreta. Igualmente si se quería defender de un enemigo que pudiera hacer daño o un «amigo» con intenciones de traición.
También para la victoria en las batallas, la potencia sexual o los malos «hados», y eran usadas, indistintamente, por hombres y mujeres.
Eran pueblos muy supersticiosos que, si se daba el caso, de perder un amuleto en una acción determinada, pues se dejaba de hacer la misma hasta que se sustituyera el mismo.
En la actualidad las runas de protección se llevan en forma de colgante o tatuadas, dibujadas en el cuerpo, aunque también en forma de llavero o cuadro para el hogar que sirva de potente protector de malas energías.